NOTA DE PRENSA DE UCA
El criterio general de la Organización es participar en todas las manifestaciones, las convoque quien las convoque, y en este caso no iba a ser menos dada la situación que atraviesa el sector. Desde UCA consideramos que todos los puntos que señalamos a continuación, aunque lo diga el Consejero, no se han solucionado, pese a que muchos de ellos constan no sólo solicitados o recurridos ante el Principado, sino también en sede judicial.
-Inclusión del lobo en el LESPRE: somos la única organización agraria a nivel regional que lo tiene recurrido ante la Audiencia Nacional. Las tres organizaciones agrarias a nivel nacional lo recurrieron, pero UCA ha considerado que era su responsabilidad, como entidad vinculada con el medio rural asturiano, caracterizado por su régimen de ganadería extensiva y la proliferación en los últimos años del cánido, defender el modelo basado en el control poblacional, como única vía para favorecer la coexistencia de la actividad ganadera con la de la especie.
-Baremo de daños: se ha recurrido reiteradamente por las demoras en su tramitación, la insuficiencia de los valores y la inexistencia de un criterio adecuado para valorar la causa de los daños. También es una reivindicación histórica la equiparación de las indemnizaciones por daños de lobo con las del oso pardo, que pese a lo anunciado por el Consejero, aún no se ha producido.
-Falta de base territorial: UCA ha reivindicado que se vuelva a dotar presupuestariamente el Banco de Tierras para que los ganaderos puedan prejubilarse, ante la total desproporción entre las ayudas concedidas el último ejercicio de que hay información (30.000 €) frente a los costes puramente salariales en personal (más de 300.000 €) que tiene el Banco, y también ante la preocupante falta de actividad y de fincas ofertadas por el Banco.
-Ayudas con motivo de la guerra de Ucrania: desde UCA se han presentado varios escritos de alegaciones y recursos ante las situaciones de indefensión generadas a cientos de agricultores y ganaderos asturianos, por excluirlos de las ayudas como si no estuviesen al corriente de sus obligaciones fiscales, cuando lo cierto es que se trataba de ganaderos a los que el Principado no les había notificado ninguna carta de pago, y pese a ello les había dado de alta alguna deuda, por ejemplo, por unas simples guías de transporte, con lo que se les estaba privando de percibir ayudas de miles de euros por un impago, en ocasiones, de 3 o 4 euros, sin que le constase al ganadero la existencia de tal impago.