Cuando su madre se jubiló, Hortensia Toriello no dudo en ponerse al frente del negocio, la Quesería Toriello. Lo “mamó” desde pequeña y aunque trabajó fuera siempre colaboraba en lo que podía. Al igual que en la zona, siempre tuvieron ganadería de leche y cuando dejaron de pasar a recogérsela decidieron hacer la quesería. La alternativa fue la elaboración de Gamonéu del Valle.

-¿Cómo elaboran su queso?

-La leche de vaca la compramos, tenemos la leche de cabra y hacemos queso de mezcla, así me gusta más el sabor. Tenemos 30 cabras y aunque no influye en la quesería tenemos ganado de monte, casinas. Hacemos el queso cada segundo día, tenemos una cuba de 500 litros. Se sube la leche a la cuba y el proceso es cuajar, moldear, voltear, salar, y pasar al ahumadero, al secadero y lo subimos a la cueva a Benia. Allí madura y después lo traemos aquí a etiquetar.

-¿Dónde lo comercializan?

-En tiendas de Cangas de Onís, Posada, Llanes, Potes incluso y Crivencar también nos distribuye. Mercados hacemos pocos, antes hacíamos más, pero ahora estoy sola, y si haces queso, no puedes ir al mercado. El ganado hay que atenderlo también, las cabras están estabuladas, alimentarlas, ordeñarlas…

-¿Qué diferencia su queso Gamonéu del Valle?

-Cada quesería le da su toque, yo lo hago con todo el cariño del mundo y como toda la vida. Mi abuela ya hacía queso para consumo familiar, luego empezó mi madre y lo intentamos hacer lo mejor que podemos.

-¿Cómo ve el futuro?

-Llevo poco tiempo. La crisis nos ha afectado, pero trabajando y con ganas se pueden conseguir cosas. Me gustaría ir mejorando la quesería poco a poco. Si estamos aquí es que compensa, es mucho trabajo, pero a mí me gusta.