Con 38 años en el negocio, José Antonio Menéndez, carnicero de Cangas del Narcea donde tiene su establecimiento de venta al detalle, ha vivido de primera mano la evolución de la carne en Asturias. “Antes se vendían terneros corrientes, luego ya vinieron los ‘culones’, se mejoró la calidad de la raza y teníamos animales de razas puras”, explica, “la carne mejoró mucho de 20 años para acá”. Lleva vendiendo carne de IGP Ternera Asturiana desde el nacimiento de la marca.
Aunque en un primer momento contaban con ganadería propia, ahora se abastece de la compra directa a ganaderos “de siempre” de Cangas de Narcea y de Allande. “La IGP Ternera Asturiana ofrece calidad, garantía y confianza. Son terneros nacidos, criados y sacrificados en Asturias, el control el máximo tanto en ganaderías como matadero y puntos de venta, y la carne de Asturiana de los Valles, excepcional”. Según José Antonio, lo que más valoran los clientes es la seguridad de la certificación en mostrador de los animales y que sean de la zona.
Durante la pandemia reconoce haber reducido sus ventas al 50% ya que vende también para el sector hostelero, pero en los meses de verano las ventas se han recuperado con el turismo y los veraneantes. También envía carne a clientes fijos de Madrid, Barcelona o Valencia y a algún restaurante. “Así vamos luchando, la mayoría de ellos son de raíces asturianas”.
Con respecto al futuro Menéndez opina que “si no triunfa esta carne, no triunfa ninguna. Además hay jóvenes ganaderos que apuestan por ello, los que estén en IGP Ternera Asturiana siempre tendrán los terneros vendidos a las comercializadoras. La carne es de calidad y ofrece garantías, creo que tiene mucho futuro”.
