Paula Álvarez, gerente de la IGP Faba Asturiana: “Intentamos que nuestro sector sea cada día más fuerte y profesional”

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Es una de las señas de identidad más reconocibles de nuestra gastronomía y uno de los cultivos que, si antaño constituían un complemento a la actividad ganadera, en las últimas décadas han experimentado una evolución, gracias al avance de las tecnologías y la profesionalización de sus productores. Gran parte de esa labor corresponde a la IGP Faba de Asturias, establecida en 1996, pero cuyos orígenes datan de seis años atrás, con la aprobación de su reglamento por parte del Ministerio. Hablamos con Paula Álvarez, gerente de la IGP, sobre las funciones del Consejo Regulador, la trayectoria de la marca y sus retos de cara al futuro.

“El Consejo Regulador es un órgano de control, certificación y promoción que vela por el prestigio de la marca Faba de Asturias y Verdina de Asturias marca de garantía. Está formado por 134 productores y, en esta campaña, tenemos una superficie sembrada de 229,53 hectáreas. Nuestra labor es el control y la certificación. Visitamos un total de 385 parcelas durante toda la campaña, desde que se siembran las fabas hasta que se recogen”, explica. Respecto a su función de seguimiento y control de los cultivos, la gerente destaca que “visitamos las fincas de los productores una o dos veces durante la campaña. Y cada vez más visitamos los secaderos para poder llevar un control del producto susceptible de amparar. Desde hace dos campañas, realizamos analíticas de suelo en los meses de invierno para poder tener más información del terreno a cultivar”

La modernización es un aspecto clave para que un cultivo tan complejo como el de la faba siga creciendo exponencialmente a lo largo de los años. Según Álvarez, “intentamos que nuestro sector sea cada día más profesional y esté más unido y más fuerte. En los últimos diez años hemos visto que ha aumentado la superficie sembrada, a pesar de que ha habido una bajada de productores. Esto significa que el sector se profesionaliza, que la faba deja de ser un complemento para formar parte de la actividad principal de la explotación”

Trazabilidad

En este sentido, la gerente de la IGP explica que “llevamos la trazabilidad de la faba desde el cultivo hasta que se pone a la venta. Todas las fabas que salen bajo el sello de la IGP van certificadas y llevan una contraetiqueta que tiene un número que es el DNI de la faba. Con ese número somos capaces de saber en qué finca se ha sembrado la faba, la fecha de siembra, la recolección, el estado fitosanitario de la parcela y cuándo se ha envasado, además también se hace referencia a la cosecha, ejemplo “cosecha 2023-2024” que significa que la faba asturiana se ha sembrado en el año 2023 y se comercializara durante todo el año 2024, hasta el 31 de marzo del 2025 (18meses): “no hay dos contraetiquetas iguales”. Saber la procedencia de las legumbres es importante para seguir manteniendo la calidad de un producto cada vez más cotizado, tanto en tiendas y restaurantes como en nuestros hogares.

Con la sede fiscal establecida en Grado, la IGP Faba de Asturias cubre también las alas de nuestra comunidad, manteniendo una delegación en Villaviciosa y otra en Luarca.

La formación es otro los fuertes de la IGP, de cara a incorporar a nuevos productores. En esa función, Álvarez destaca que “nuestros cursos de formación, buscan que tras realizaros, el alumno pueda decidir si se incorpora inmediatamente, si prefiere seguir formándose en otras explotaciones o si decide dejarlo” queremos hacer ver a todos los productores que se incorporan a la actividad agraria ensimismados por la subvención, que esos 50.000€ no pueden ser su objetivo principal, sino un plus que les ayude a llevar a cabo con cabeza la producción de faba asturiana.

Nuestro cultivo parece que apenas requiere inversión y que con tener la finca para sembrar es bastante, sin darse cuenta que el mayor error que cometen los productores es no pensar en donde van a secar las fabas, ya que en este proceso es donde más pérdida de faba hay, y que “la cuenta de la vieja que todo el mundo echa de: 1ha nos da 2.000kilos a 12€ el kilo igual a 24.000€, es eso, un cuento y un error”

De estos cursos, en los que participaron unos 30 chavales, se han incorporado 17 a la agraria. Al conocer a otros productores y el trabajo que conlleva, algunos de ellos han decidido no incorporarse de golpe o trabajar en otras explotaciones”.

En cuanto a la campaña actual, Álvarez explica que “este año no ha sido el mejor porque hubo menos producción que años anteriores por las condiciones climáticas, que han sido adversas. Fue complicada la evolución del cultivo pero entendemos que, desde la IGP, la promoción debe continuar y tenemos que seguir dando visibilidad al trabajo de los agricultores. Del campo y del cultivo de la faba se puede vivir y necesitamos que se incorpore gente joven al campo de manera profesional”.