El Serida participa en un proyecto financiado por la UE para impulsar la mejora genética de las legumbres en Europa

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El equipo de Genética Vegetal del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario, Serida, participa en el proyecto europeo Legume Generation, que arrancará el próximo 1 de septiembre y que persigue impulsar la mejora genética de las legumbres. El objetivo es obtener nuevas variedades más productivas, con resistencias a plagas y enfermedades, y adaptadas a los múltiples desafíos originados por el cambio climático. El equipo asturiano trabajará con dos especies: la judía común (fabes) y el guisante.

El proyecto está financiado con siete millones por el programa Horizon de la Unión Europea y tendrá una duración de cuatro años y medio.  Un consorcio de investigación liderado por el Doctor Lars-Gernot Otto, de la IPK de Alemania, y en el que participan 32 equipos de 18 países, desarrollará el trabajo, que se centrará en seis leguminosas importantes para la alimentación humana y animal, como soja, judía común, guisante, lenteja, altramuz y trébol.

El investigador Juan José Ferreira, responsable del equipo de Genética Vegetal del Serida, ha asegurado que esta participación es “una buena noticia que consolida al equipo a nivel internacional”. Ferreira ha explicado que este es el cuarto proyecto a nivel europeo en el que participa el organismo desde 2017 y ha resaltado que “favorece la retención de talento científico mediante la contratación de un investigador, a la vez que permite impulsar la investigación y desarrollo de dos especies de interés para el sistema agroalimentario regional: las fabas y los arbeyos”.

El Serida, centro de investigación que depende de la Consejería de Ciencia, tendrá un papel relevante en Legume Generation, ya que se encargará de dos de las once tareas en las que se divide el proyecto. Por un lado, liderará las tareas de formación dentro del consorcio, lo que permitirá la incorporación de herramientas innovadoras para acelerar la mejora genética, como caracterizaciones de alto rendimiento, metodologías omicas, apoyo de la inteligencia artificial (IA) en la gestión datos, así como una actualización en la normativa europea de protección de variedades y recursos genéticos.

Por ejemplo, se prevé la utilización de IA como ayuda en el proceso de toma de decisiones en función de los genes, genotipos o características morfológicas y agronómicas. Por otro lado, codirigirá los trabajos con la judía común, en los que tiene una dilatada experiencia.

Además, el equipo del Serida, también contribuirá en las tareas relacionadas con el guisante. Entre ellas, se incluye la caracterización de una amplia diversidad europea que incluye las variedades locales asturianas, de forma que el proyecto sirva para impulsar la recuperación y desarrollo de este cultivo tradicional en la huerta asturiana.

Ferreira explica que “las legumbres están llamadas a jugar un importante papel en la seguridad alimentaria en el corto plazo, especialmente en el contexto del cambio climático. Son especies con baja huella hídrica, capaces de fijar nitrógeno atmosférico y mejorar los suelos. Sus semillas son fáciles de almacenar y nutritivamente son interesante por el alto contenido en proteínas”, ha precisado.

Además, tanto los guisantes como las fabas representan un “recurso para una diversificación de la actividad en el medio rural”. “Este proyecto, como todos los que desarrollamos, también persigue apoyar las producciones locales. Se buscan herramientas y soluciones como las mejores variedades para una producción sostenible, que haga frente a los retos alimentarios y ambientales que enfrentamos con el cambio climático”, ha concluido el investigador.