Jesús Casas, director general de Desarrollo Rural y Agroalimentación del Principado de Asturias

La nueva Ley de Calidad Alimentaria está en el proceso final de redacción del proyecto. Se acaba de completar la revisión de las sugerencias presentadas en la fase de participación e información pública. Se recibieron un número discreto de sugerencias, apenas una decena, bastante indicativo del grado de consenso previo alcanzado, que en general “son constructivas, calibradas, e incorporables” afirma Jesús Casas. En las próximas semanas el texto definitivo se elevá a Consejo Consultivo para informe y se trasladará a Consejo de Gobierno para la aprobación del proyecto de ley y su remisión a la Junta General del Principado.

-¿En qué medida favorecerá a los pequeños productores locales la Ley de Calidad Alimentaria?

-Con la ley pretendemos trasladar a la legislación regional la normativa nacional y comunitaria de aplicación. Pero haciéndonos eco de la singularidad de nuestro territorio y su gente. La ley se mueve en un delicado equilibrio entre la agroalimentación como aportación al desarrollo, y su valor como contribución a la consolidación territorial, a la construcción de tejido colectivo, y al fortalecimiento de la sociedad más responsable, social y ambientalmente. Tratamos de establecer mecanismos, pautas e instrumentos para que los gobernantes, los de ahora y los de mañana, puedan desarrollar políticas activas de protección e impulso de los productores locales.

-¿Cómo está funcionando la marca ‘Alimentos del Paraíso Natural’? ¿Habrá nuevas incorporaciones?

-Está funcionando bien y con responsabilidad. No todo vale. Con la marca se reconoce calidad y origen. No vale con estar hecho en Asturias. Tiene que estar hecho de determinada manera (respondiendo a modelos tradicionales, integrando aspectos ambientales y sociales, contribuyendo a una sociedad más justa, con atención al débil,…) y tiene que estar hecho utilizando, esencialmente, productos de Asturias. Y también tiene que aceptar el reto del control y la supervisión. ‘Alimentos del Paraíso Natural’ será la “marca paraguas” de nuestra imagen institucional alimentaria, es una pieza en una estrategia de futuro.

-¿Cómo está llevando el agricultor asturiano el problema de la polilla guatemalteca?

-No es un problema agrícola de Asturias. Es un problema agrícola de España. Nuestra labor ha estado guiada más por un compromiso de leal responsabilidad con el conjunto de la Nación que por el riesgo para nuestros agricultores. La producción agrícola comercial de patata en Asturias es simbólica. El cultivo de patata en Asturias es un cultivo privado y personal, de ahí que nuestra actitud al aplicar en Asturias las medidas de control establecidas haya estado impregnada de sensibilidad y esmero. La respuesta, ha sido excelente. El programa se está aplicando en consenso de los concejos implicados, prácticamente no ha habido que abrir procedimiento de infracción alguno, a fecha actual la plaga está controlada.

-Háblenos de las subvenciones a industrias agroalimentarias y forestales.

-Sesenta y nueve empresas asturianas han contado este año con subvenciones a industrias agroalimentarias y forestales. Una convocatoria que se reitera ya por tercer año consecutivo en un esfuerzo de inversión anual de cerca de 40 millones de euros. A ello habrá que sumar el apoyo a las micropymes que, en el actual periodo de programación, son apoyadas por el Leader con la colaboración de los grupos de acción local. Sobre esto varias cuestiones. En primer lugar, reconocer que hay un sector empresarial, de todos los tamaños, que quiere invertir en agroalimentación y que considera que una parte sustancial del futuro económico de Asturias pasa por este sector. En segundo lugar, poner la mirada en ese esfuerzo de rutina positiva y creciente por mantener y aumentar el apoyo que se brinda. Y en tercer lugar,  evidenciar que el futuro del medio rural pasa por dar valor añadido a nuestra producción primaria. Necesitamos más industria agroalimentaria y forestal. Se trata del sector industrial más vinculado al medio rural, el que genera empleo de calidad, y el que rompe la distancia silente entre lo urbano y lo rural. En los próximos meses se pondrá en marcha el Plan Estratégico del Sector Agroalimentario. Será el momento para reflexionar sobre por dónde se debe caminar. Cualquier esfuerzo que haga la administración estará más que justificado.