Aunque vive en Panes, Jesús Atienza tiene su finca de arándanos en Llanes, concretamente en La Borbolla. Es madrileño y conocía muy bien la zona después de muchas estancias vacacionales. En 2011, cuando se quedó sin trabajo por la crisis inmobiliaria, ya que se dedicaba a las mudanzas, decidió venirse a Asturias. En principio buscaba una finca para algún tipo de actividad agrícola. El 15 de mayo de 2012 se trasladó definitivamente a vivir en Panes para posteriormente apostar por el cultivo de arándanos.

-¿Cómo fueron los comienzos?

-Al llegar aquí busqué una finca con un terreno y un agua adecuados, porque el arándano requiere un ph ácido. En agosto de 2012 encontré la finca y me decidí a hacerlo. El proyecto fue subvencionado con muchísimos problemas por el programa LEADER, ya que Llanes no contaba con Plan General de Urbanismo. El tema tuvo que ir a la CUOTA porque la finca tenía posibilidad de pertenecer al Paisaje Protegido de la Sierra del Cuera. La solución me supuso año y medio de espera y un sobrecoste, fue necesario presentar un proyecto de instalación e impacto medioambiental que me  supuso como 3.000 euros más de lo previsto. Al final lo llevé adelante.

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-¿Cómo es su plantación?

-Hasta hace dos meses tenía 2.000 en una superficie de 8.000 metros. Pero la finca tiene algo más de 12.000 metros, y en esos 4.000 más esperé para valorar qué funcionaría mejor, y hace un mes hice la plantación y tengo 3.300 plantas en total. No estoy a pleno rendimiento ni con la primera plantación de 2013 y llega a los 6 o 7 años. Estoy contento, para mí ahora es un trabajo a tiempo completo, y en momentos concretos me ayuda mi hijo, que también se trasladó a Asturias.

-¿Cómo comercializa el arándano?

-Habíamos tenido contactos entre varios productores del Oriente y decidimos formar una cooperativa, Picos de Europa Berries, al final aglutinamos a 17 productores la mayor parte del Oriente. La producción ha sido relativamente pequeña, entre los 17 productores podemos tener unas 25 hectáreas, las fincas son pequeñas, pero todos a plena producción estaremos en 300.000 kilos de arándano. El mercado local es importante, cada uno vende en él una pequeña parte de la producción. Vendemos algo para el mercado regional y el resto para el nacional. Queremos implantar la certificación de buenas prácticas y buen producto para exportar a países de la Unión Europea, el mercado internacional está ahí.