Bárcena del Monasterio (Tineo) es la localidad donde se está ejecutando un novedoso proyecto piloto, ICORE, subvencionado por la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial y desarrollado a través de un grupo operativo integrado por Campoastur como coordinador junto al CTIC, Cooperativa de Corvera y ADSG de Valdés. Su puesta en marcha en octubre de 2019 implicó trabajos de obra civil en una nave en la que los técnicos realizaron el diseño y distribución pensado en el bienestar de los animales y un cómodo manejo de los mismos. A tres meses de la finalización del proyecto los resultados son positivos y Campoastur se plantea continuar con la actividad para dar servicio a sus socios además de transmitirles los conocimientos adquiridos para que los puedan aplicar en sus explotaciones lecheras y ganar rentabilidad con un producto poco valorado, los terneros lactantes.
Cuco Nieto es el responsable comercial de Campoastur y coordina el proyecto con la ayuda de dos veterinarios, Eduardo García Morán y Sandra Fernández Miranda. La superficie acondicionada de aproximadamente 900 metros cuadrados alberga instalaciones para realizar la cría de algo más 1.000 terneros al año. La nave tiene capacidad para realizar una ampliación en un futuro de y poder aumentar la capacidad y el número de animales anuales. Los ‘mamones’ entran con dos o tres semanas y sobre 50 kg. de peso vivo, y tras una estancia de entre 60 y 70 días en las instalaciones salen con un peso medio de 110 kg. en vivo. “Ponen una media de 850gr. diarios desde el día de la entrada”, explica uno de los técnicos. Las salidas son quincenales y los terneros van destinados a un cebadero fuera de la región. “Los primeros lotes de terneros entraron en julio y hasta que empezamos a familiarizarnos con el manejo y la tecnología, a partir de septiembre del año pasado ya estamos a plena capacidad en las entradas y la salida constante de animales a partir de octubre”, afirma el veterinario. “Procuramos introducir terneros de las explotaciones de los socios de Campoastur, aunque se hayan metido también del mercado de Pola de Siero y a través de tratantes de la zona. Habitualmente Los ganaderos interesados nos llaman y nosotros recogemos los animales. La tasación va en función del peso y status sanitario que trae, ya que a su llegada se realiza una inspección clínica (ombligo, pulmón, heces, temperatura rectal…) y a través de unos baremos se asigna un valor al ternero, que finalmente puede ser un poco por encima del precio del mercado para el ganadero”, expone Cuco Nieto.
Tras el chequeo que se realiza a los terneros pasan por un protocolo de entrada consistente en vacunación para problemas respiratorios y desparasitación. Los lotes de terneros van a un parque que dispone de tres metros cuadrados por animal, y cuenta con amamantadora para la alimentación líquida hasta el momento del destete.
Además de ofrecer los espacios adecuados para el bienestar animal de los terneros, estas instalaciones han sido diseñadas para ofrecer un plus de confort con respecto al encamado. Los patios cuentan con inclinación específica y drenaje hacia un canal tapado por una rejilla perforada que elimina la máxima humedad posible debajo de la cama de paja del animal, así como el amoniaco que genera el purín. “Intentamos gastar más en cama y paja que en antibióticos y tratamientos”.
“Además del drenaje especial de las camas para que los animales estén secos, repercute en su salud pulmonar. Buscamos la calidad del aire. Los parques cuentan con unas estaciones de registro con sensores que aportan información sobre la temperatura, humedad del ambiente y nivel de amoniaco del aire. Además están conectadas con una estación meteorológica exterior para conocer la influencia de la variación del tiempo en la salud de los animales y su repercusión en los tratamientos de antibióticos que hacemos”, explica uno de los técnicos que se ocupó del diseño de las instalaciones. Y es que uno de los objetivos del proyecto es reducir al máximo el uso de antibióticos. “Aquí el CTIC es parte importante de la investigación, ya que ha creado un software que recoge los datos generados para procesarlos y sacar conclusiones”, concluye el técnico.
Los parques de terneros están conectados a una manga que facilita a los técnicos el manejo y los trabajos para evitar molestias al resto de los animales en caso de tener que aplicar tratamientos a algún ternero, también facilitando la incorporación y salida de los lotes.
En ocasiones, los lotes de terneros son hetereogéneos y aunque en un 90% de las ocasiones los lotes se mantienen, a veces se reagrupan tras el destete por las colas de crecimiento.
Gestión de datos
Cuando el ternero entra en el parque se le coloca un lector o identificador en la oreja para que la amamantadora lo identifique. “Tenemos tres amamantadoras, cada una abastece cuatro parques. Los datos del software de la máquina están a disposición de los técnicos vía wifi en el ordenador o en su móvil, y así pueden controlar cualquier incidencia”, explica Cuco Nieto. Esto es de gran utilidad para los veterinarios, que en todo momento son conocedores del estado de los terneros. “El programa asigna a cada ternero una cantidad de leche repartida a lo largo del día. Sabemos si un animal entró a mamar, la cantidad de leche que ha tomado, la frecuencia o velocidad con la que la toma… en definitiva, si notamos alguna incidencia podemos adelantarnos y evitar que llegue a ponerse clínicamente enfermo. Los datos de consumo nos lo indican, pudiendo actuar antes de que sea necesario tener que utilizar antibióticos o utilizándolos de manera específica”, explica el veterinario. “Y cuando el ternero tiene cierta edad, le va quitando paulatinamente la leche hasta que se desteta en los días que hemos determinado”. La amamantadora prepara a cada ternero la cantidad y mezcla exacta (leche y aditivos para la salud intestinal y reducción de uso de antibióticos) que tiene que tomar cada vez que entra a la máquina. Como también no le da leche si pasa con más frecuencia para evitar que pueda tener problemas. La tetina por la que se alimenta el ternero se enjuaga entre cada toma así como cuenta con un programa de lavado.
Además de la amamantadora, los terneros cuentan desde su llegada con un pienso de arranque palatable. “Buscamos equilibrio entre salud y consumo de pienso. El ternero hará la transición a rumiante. Al principio les ponemos un poquito de forraje que luego vamos incrementando, siempre tienen pienso fresco. Procuramos incentivar el consumo de pienso siempre en equilibrio con el de lactorreemplazante comenta el veterinario. “Estamos en pruebas, comenzamos con tres tipos de pienso, ahora utilizamos sólo uno, y en breve trabajaremos con este starter y a mitad de lactancia les aportaremos una mezcla completa que elaboraremos en de la cooperativa y que incorpore el forraje que necesitamos”.
Conocimientos y continuidad
Además de las ayudas económicas recibidas por el grupo operativo para el desarrollo del proyecto ICORE, se ha requerido de inversión por parte de Campoastur, cuya idea es darle continuidad y con el conocimiento adquirido apostar con este modelo de producción. “Intentamos poner en valor un producto de las ganaderías que hasta ahora es marginal, los terneros lactantes. Estamos viendo las posibilidades de una fase inicial, el destete, pero la cadena de valor va mucho más allá en el ciclo productivo: cebo, sacrificio, despiece, precocinado de alimentos… la idea es avanzar en la cadena de valor. Sería importante que en una zona de producción ganadera como Asturias estos recursos se valoricen y se pudiera realizar aquí todo el ciclo, es un camino largo”, concluye Cuco Nieto. La idea de Campoastur es ofrecer este servicio a sus socios así como asesorarles y trasladar los conocimientos adquiridos en este proyecto a los ganaderos para que los puedan aplicar en sus explotaciones lácteas y así ganar un plus de rentabilidad. Se trata de un nuevo modelo de producción en Asturias donde actualmente se presta más atención a la recría de novillas. En definitiva, se abren nuevas posibilidades y perspectivas de futuro para el sector de la ganadería de leche.