Repollos y coles por balones en Sevares

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Kailaan, pechai, pak choi, tat soi… Quizá estos nombres nos suenen ajenos a nuestra cultura y tradiciones, pero ya están presentes en nuestros campos. Se trata de verduras asiáticas y uno de sus impulsores es Fengchao Chen, empresario y presidente de la Asociación General de Chinos en Asturias. Lo curioso de la iniciativa también radica en su ubicación: el antiguo campo de fútbol de El Solferán, en Sevares (Piloña), que explotan en régimen de alquiler durante cinco años.

Para que las cosechas lleguen a buen puerto, cuentan con el consejo técnico de Juan Sánchez Nicolás, de la empresa murciana Verduras y Hortalizas Piñero. “Fengchao Chen y otros dos socios más vieron esta oportunidad para hacer esta plantación en Asturias porque el clima es muy similar al que tienen ellos en China. Tienen casi las mismas temperaturas”, explica Sánchez, cuya labor consiste en asesorar técnicamente la plantación. “Llevamos 35 años trabajando con clientes asiáticos. Empezamos en El Perelló, en Valencia, luego en Murcia y esta es la primera instalación que hacemos en Asturias”.

En cuanto a las especies de plantas que cultivan en Sevares son, en su mayoría de la familia de las coles y de los repollos. Según Sánchez, “las variedades que tenemos vienen de semillas importadas de Asia y también traemos alguna de Inglaterra. La mayor parte son de la especie brássica, que es poco conocida en aquí, pero muy consumida en los países asiáticos”. El destino de estas verduras se encuentra en varios puntos de Europa. “Todo lo que cosechamos va, principalmente, a clientes chinos que viven en Francia, Italia o Alemania, aunque también mandamos algo para la comunidad china en Madrid”, indica Sánchez.

Método de cultivo

Después de un año de trabajos, ralentizados por la crisis sanitaria, los antiguos vestuarios ahora sirven de almacén y el lugar donde estaba el terreno de juego ya no se distingue debido a la extensión de unos cultivos que se extienden a uno y otro lado de las vías del tren. “Tenemos 145.000 metros cuadrados de extensión que utilizamos para rotar los cultivos. En cuanto acabamos de recolectar una parcela, ya tenemos plantada la siguiente”, subraya Juan Sánchez. Una de las ventajas de cultivar este tipo de verduras es que suelen ser de ciclo corto. Esto permite que, una vez plantadas, crezcan rápidamente. “Hacemos rotaciones y hace que esto sea un continuo no parar porque intercalamos unos productos con otros”, detalla Sánchez.

En cuanto al sistema de riego, también apuestan por diversificar. “De momento, estamos utilizando muy poca agua, porque con la que cae de la lluvia estamos teniendo suficiente, pero disponemos de dos sistemas: mediante goteros y por aspersión para los productos de semilla directa”. Las semillas plantadas directamente en la tierra precisan de un trasplante posterior a invernadero. “Sería el sistema habitual”, explica Sánchez, quien desvela que “estamos pensando en hacer una buena estructura de invernaderos en un futuro porque las calidades del agua y del terreno son muy buenas. Además, hay buenas infraestructuras y estamos bien comunicados, que es importante en el aspecto logístico”, añade el asesor técnico. Respecto a problemas en la siembra y la cosecha, Sánchez señala que “quizá habrá meses muy lluviosos que serán complicados para algunas plantas pero, ahora mismo, estamos experimentando con varias especies y viendo cómo las trata el clima. De momento, la mayor parte de los cultivos son en convencional, que no suele dar problemas de plagas, aunque también tenemos alguna parcela de ecológico”. El principal escollo con el que se están encontrando es la falta de trabajadores. Según Sánchez, “estamos algo escasos de personal. En una explotación agrícola como esta, se necesitarían veinte trabajadores y, en estos momentos, solo contamos con doce. Esperamos que en los próximos meses se sume más gente para completar la plantilla”.

Posible expansión

Pese a llevar solo un año en funcionamiento, los responsables de la plantación de Sevares ya planean nuevos objetivos. “Si esto funciona, tenemos mirada otra finca de 35 hectáreas, que sería el doble que esta plantación en extensión”, apunta Juan Sánchez, quien considera que “hay bastante mercado para este tipo de verduras y lo que intentaremos será cubrir esa demanda”. Otro de los retos es construir cámaras frigoríficas para conservar el producto a exportar. “Hemos comprado un remolque refrigerado pero estamos viendo que se nos va a quedar pequeño, así que será necesario hacer obras para poder trabajar a pleno rendimiento”, señala Sánchez.