Ángela Campo y Fernando Ruenes de Asturiana de Fresas: “Para dedicarse a esto necesitas formación, constancia, paciencia y mucho trabajo”

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Según datos de febrero de este mismo año, España produjo 270.000 toneladas de fresa en la presente campaña. El 97% de ellas, en la provincia de Huelva. Le sigue Castilla y León como segunda comunidad en número de cultivos, pero lo inusual es encontrar en Asturias plantaciones de este tipo. “Hace diez años, cuando terminé de estudiar, era cuando empezaba el boom de los arándanos, pero a mí nunca me llamaron mucho la atención. La cosa fue que se comentaba que la fresa también se podía dar, como en Candamo. Empezamos con ello en una finca pequeña que era de casa. Eran dos invernaderos y aquí tenemos trece”. Quien así habla es Fernando Ruenes, quien está al frente junto a su pareja, Ángela Campo, de Asturiana de Fresas, en Posada de Llanes.

Respecto a las ventajas de plantar fresas en Asturias, destaca que “no hay competencia. El principal productor europeo es Huelva y se puede aprovechar cuando no producen para meter fruta en el mercado a un precio competitivo. Se trata de buscar la brecha en el mercado”. Las amenazas son otro factor a tener en cuenta. Para Fernando Ruenes, “uno de los principales inconvenientes que tenemos es el desconocimiento de un cultivo cuando está fuera de su hábitat y adaptarte a las enfermedades que tenemos, a la lluvia y a que haya agua por la mañana y sol por la tarde”. Ante la ausencia de profesionales del cultivo de fresa en Asturias, decidieron buscar asesoramiento donde se concentran la mayor parte de las plantaciones. “Logísticamente, tuvimos que traer todo el sistema de riegos, plásticos e invernaderos de Andalucía porque aquí no hay”, explica. Pese a los inconvenientes, la empresa que iniciaron hace una década sigue en constante evolución. “Fuimos creciendo poco a poco. Ahora tenemos 5.000 metros cuadrados cubiertos, somos cinco trabajadores y estamos llegando a las 20 toneladas de producción”, enumera el llanisco.

Respecto a consejos a quienes quieran apostar por cultivos como la fresa, Ruenes tiene claro que “lo primero es aprender sobre ello. Está muy bien probar, pero estás jugando con tu dinero y con tu forma de vida. Hay que formarse en ello. Hoy en día, es bastante más fácil hacerlo porque internet nos abre las puertas a cualquier parte del mundo. Nosotros llevamos diez años, pero aprendemos todos los días. Además, hay que tener paciencia”. Para Ángela Campo, “además de mucha paciencia, hay que tener constancia y mucho trabajo. Hay que controlar muchos parámetros, como la temperatura, estar muy pendiente, controlar la fruta y que no se te descontrolen las plagas porque, si no las paras, es inviable. Es muy satisfactorio cuando sale la primera fresa, pero es un cultivo en el que tienes que estar muy encima”.

Intervención en el Parlamento Europeo

El pasado 27 de junio, Ángela y Fernando tuvieron la oportunidad de exponer ante los parlamentarios europeos su modelo de empresa y los problemas que atraviesa su sector. “Al principio, no nos lo creíamos y lo tomábamos a broma. Fuimos los únicos de España. Nos llegaron las invitaciones y los trámites que tuvimos que hacer y ahí nos dimos cuenta de que la cosa iba en serio. Contamos lo que hacíamos y la gente de allí, por lo que nos comentaron, estuvieron bastante contentos”, rememora Fernando. “Intervinimos en la comisión de Desarrollo Regional para exponer nuestro modelo empresarial. Esa comisión es la que también lleva los fondos de cohesión y el tema de la PAC. También querían conocer la problemática que había y si era verdad que los fondos de recuperación llegaban a las zonas rurales, que es lo que intentan que pase. Les llamó la atención que plantásemos fresa en el norte de España y pudimos explicarles los problemas que sufrimos en el campo, detalla Ángela, quien se unió a Asturiana de Fresas al perder su empleo. “Durante la pandemia, me quedé sin trabajo y Fernando me propuso que viniese con él”. Aunque se dedican al cultivo de fresas en exclusiva, ambos estudiaron Administración de Empresas. “Ángela es técnico superior administrativo y yo, además, tengo Mecánica”, explica Ruenes, para quien “los agricultores ya no son los paletos del pueblo, eso se acabó. Ahora el campo es maquinaria, conocimientos y tecnificación. Por ejemplo, yo riego con el móvil”.

Planes de futuro

Sin prisa pero sin pausa, en Asturiana de Fresas apuestan por ir formándose continuamente y ya vislumbran ampliar sus cultivos. Según Fernando Ruenes, “tenemos un proyecto de ampliación en los próximos años. De 20 toneladas de producción, nos gustaría llegar a 80. La idea es no estancarse e ir creciendo sin hacer locuras y cosas inabarcables”. Respecto a su decisión de apostar por la agricultura como forma de vida, Ángela Campo explica que “cuando mis abuelos o mis tíos se fueron al extranjero iban a buscar la tierra de las oportunidades. Pero la tierra de las oportunidades está aquí. El futuro puede ser esto. No queremos sobrevivir, queremos vivir”. Para Fernando, “no queremos que nos ayuden, solo que no estorben. No nos hacen falta palmaditas en la espalda. Por otro lado, muchas veces es el Estado el que te pone las trabas. Por ejemplo, con la burocracia. Para cualquier papel, tres días. Además, en cuanto a políticas agrarias, no conozco ninguna normativa europea que nos esté ayudando. Todo son restricciones, prohibiciones y permitir competencias desleales. Es que no encuentras una que digas que es buena. Lo puedes hablar con otros sectores como el de la carne o de la leche”, denuncia.