Diego Suárez, hostelero: “El Campanu es una referencia de calidad que te da prestigio”

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Aunque natural de Cangas del Narcea, Diego Suárez es propietario de la sidrería El Bosque de Javita, situada en Oviedo, y es uno de los habituales en las subastas del Campanu. “Llevo cuatro salmones comprados y tengo participado en tres subastas. En 2020 no hubo subasta pero también compré el Campanu porque le pasé una oferta al pescador. Fue el año que todos estábamos en casa por la pandemia. En 2018, compré el Campanu del Narcea porque el de Asturias había salido en el Sella”, explica. Respecto a su afición, el hostelero destaca que “además de ser pescador, desde chaval siempre me llamó mucho la atención el tema del Campanu. Los restaurantes que compraban el Campanu para mí eran una referencia de calidad. Cuando tuve la oportunidad de ir, empecé a intentar comprarlo yo también. Siempre me gustó mirar por la prensa los salmones que salía en cada río y es una tradición que me gusta bastante”.

En cuanto a lo que representa el Campanu, Suárez explica que “es un producto de lujo y una referencia de calidad que te da prestigio. Es el único salmón que se puede comercializar y es un pescado de río muy bueno del cual no hay muchas oportunidades de comerlo”. La competencia que se establece entre restaurantes y empresas por hacerse con el Campanu es otro de los alicientes para asistir a la subasta que se celebrará en Cornellana. En ese aspecto, Diego Suárez desvela que “llegué a pagar 10.300 euros por el último Campanu y calculo que llevo gastados unos 40.000 euros en total”.

Respecto al destino de las piezas, el cangués decidió poner el Campanu del año pasado como aperitivo para sus clientes. “Tiene mucha aceptación y agradecen probarlo. El Campanu tiene un sabor y un color que no tienen nada que ver con los salmones que se comercializan. Viene de estar en el río y de pelear con las corrientes, por lo que tiene menos grasa y una jugosidad que marca la diferencia”, señala el hostelero, quien decidió donar el Campanu de 2020 al hospital de Cangas de Narcea. “Siempre intento tener un detalle con la gente”, afirma.

Como pescador, Diego Suárez explica que “veo los ríos muy abandonados. En la zona de Salas deben de limpiar bastante, pero en la zona de Cangas del Narcea, de donde soy, está muy sucio el cauce del río, cuesta acceder a él y hay menos pesca”.

Respecto a su participación en la subasta de este año, el cangués todavía no se ha decidido. “No sé si voy a pujar. Lo decidiré en el último momento. Es mucho dinero y este año fue un poco duro en cuanto a trabajo pero, si voy, es para llevármelo”, afirma Suárez quien considera que “este año va a subir de precio porque hay empresas fuertes que llevan años intentando comprarlo y todavía no les dejé”.