Por Mercedes Cruzado Álvarez, secretaria general de COAG ASTURIAS
Los agricultores y ganaderos estamos hechos de una pasta especial, somos unos auténticos supervivientes. Ha tenido que llegar una pandemia para que se reconozca nuestro merecido lugar como lo que somos: “sector esencial”. Ya ha pasado un año desde que salimos a la calle, para decir a la sociedad y nuestros gobernantes que estábamos ahogados, que ya casi no podíamos respirar. Somos grandes sufridores pero la situación nos pesa, no podemos más. Comprobamos a pie de calle, en el Paseo de los Álamos de Oviedo, el día de la movilización en Asturias, que la sociedad nos valora, nos anima, está con nosotros. No obstante, consideramos que algo falla; no nos sirve con que nos den una palmada en la espalda, necesitamos que los consumidores valoren nuestros productos, que paguen por su calidad y que primen la cercanía y la proximidad. Todas las movilizaciones del sector agroganadero en España han contribuido a que se nos escuche y a que las Administraciones empiecen a poner alguna solución encima de la mesa. Queda mucho camino, pero lo importante es iniciarlo. Fue un orgullo y una motivación ver a los tractores irrumpiendo en las carreteras, a los agricultores y ganaderos en un mismo grito, seguimos ahí, nos tenemos unos a otros y tenemos que seguir peleando por nuestros derechos.
Desgraciadamente en pleno proceso de movilización apareció el COVID-19 y nosotros, que siempre sabemos dónde tenemos que estar, ocupamos nuestro lugar, se nos llamó “ACTIVIDAD ESENCIAL”, y realmente lo somos, pero ¿en qué momento hemos dejado de serlo? (nos preguntamos). Lo que está claro es que sin nuestro trabajo no hay alimentos, la población se desabastece, eso siempre ha sido así y será al margen de la pandemia, trabajamos de sol a sol produciendo, manteniéndonos al pie del cañón, con miedo a contagiarnos y a llevar el virus a casa y que enfermasen nuestros mayores. Además de trabajar en el campo pusimos los tractores al servicio de nuestras villas y pueblos para colaborar a la desinfección de las calles, tenemos que estar muy orgullosos porque somos unos “SUPERVIVIENTES”; sabemos y podemos defender nuestros derechos y exigir que las alabanzas no sólo se reduzcan a palabras sino a poner en valor nuestro trabajo.
No perder la esperanza es tan esencial como nuestra actividad, pero ha llegado el tan ansiado 2021 (por ver si mejoraba al 2020) y vemos que no, que este año empieza para nosotros con un duro golpe por parte de un Ministerio que, si bien tiene mucho que ver con nosotros (ya que, no obstante, es precisamente el sector ganadero el que vive en el medio rural y el que está imbuido de medio ambiente) nos acaba de ningunear relegándonos a la nada, a valer mucho menos que el lobo a desprotegernos por proteger en demasía a una especie que, si no se controla, acabará no sólo con vacas, ovejas y caballos sino con el propio ganadero (ya lo tenemos a la puerta de casa, poco más queda ya por decir). Pero si duele el ninguneo del Ministerio, duele más aún la actitud del Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, que siendo asturiano y habiendo ejercido el cargo de alcalde de Lena y, por lo tanto, conociendo bien la idiosincrasia y características de nuestra tierra así como toda su problemática respecto a lo que la fauna salvaje significa para el sector ganadero, defiende la protección del lobo.
Por parte de COAG-Asturias haremos todo lo que esté en nuestra mano para seguir defendiendo nuestros derechos, nuestro medio de vida, que estaría bien que no se olvidara, es el sector que llena nuestros supermercados y, por ende, nuestras despensas. Esperemos que aún quede lejos el tiempo en que la verdadera especie a extinguir sea la de nuestros ganaderos y ganaderas pero viendo el apoyo que nuestros políticos nos brindan, lo cierto es que cada día que pasa estamos más cerca de nuestra extinción.