Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte. El joven Manuel Fernández Espina no dudó tras 10 años de experiencia como carnicero en establecerse por su cuenta cuando surgió la oportunidad. En octubre hará un año de la apertura de Razastur en Pola de Lena. Con raíces ganaderas, ya que su abuelo era tratante y él es la cuarta generación, además de ganado propio (16 madres, toro y recría) trabaja con el cebadero Parque Ubiñas-Valles del Oso. Ha innovado ofreciendo en exclusiva IGP Ternera Asturiana, elaborados como cachopos y hamburguesas del sello de calidad así como dando servicio 24 horas con una máquina expendedora de productos elaborados a las puertas de la carnicería.
“Hoy en día no creo que ninguna raza nos haga sombra, es una carne fabulosa, el rendimiento de canal y la calidad la hacen excepcional. La gente que viene y prueba repite, y además vuelve y te lo cuenta”, explica. Es de la opinión de que cuando las cosas van bien y funcionan, no hacen falta cambios. “El Consejo Regulador ha hecho un gran trabajo, de 10, deben de seguir en esa línea. Tenemos un buen producto, nos queda promocionar, el que prueba repite”, insiste. Este joven carnicero junto a su novia, están vendiendo una ternera de 200/230 kilos menor del año de forma semanal en mostrador.
“Solo trabajo con hembras, engrasa un poco más, no de forma excesiva y da un toque diferente a la carne”, afirma. Han evolucionado de la carnicería tradicional, trabajan producto elaborado, la carne de guisar se destina a hamburguesas de calidad, de carne magra de ternera, y también ofrecen picadillo, delicias, croquetas… “La gente hoy en día vive a la carrera, después del trabajo algo rápido y cómodo, además de que sea un producto sano y de calidad, lo que se garantiza con el sello de IGP”, explica. Algo que ha triunfado en su carnicería han sido los cachopos para horno, “han resultado un éxito”. Además a través de una máquina expendedora disponible 24 horas se pueden adquirir sus productos elaborados.
