El gusto por la vaquería no es algo que se aprenda, es un oficio sacrificado y poco valorado. Eso viene en el ADN, se nace con ello, se hereda. Emiliano Álvarez Alonso es un ganadero que, ya desde muy joven, decidió que lo suyo era continuar echando una mano en la ganadería familiar que, por aquel entonces, llevaban sus padres, y antes su abuelo, “y primero seguro que las había también”, apunta, y explica que “eran otro tipo de vacas. Por el 1970 fue cuando comenzó el cambio, había Asturiana de los Valles y cruzadas, y luego se empezó a introducir la Frisona; mi padre y mi abuelo se decantaron por esta raza”. Tras haber trabajado en la construcción ocho años, ocupación que compaginaba con la explotación, finalmente decidió hacerse cargo de la ganadería junto a su mujer Dolores Cano Cano, también vinculada al sector desde niña, cuando su padre se retiró, en 1995, y se acogió a la incorporación al sector ganadero, aunque recuerda que ya en 1982 comenzó a pagar el cupón del Régimen Agrario. “Para estar en la ganadería te tienen que gustar las vacas. Si te gustan, acabas siendo profesional o profesionalizándote lo más posible. Las vacas tienen un manejo, si te gustan cuanto mejor las entiendas mejor te irá”, recalca Emiliano. Es por ello que la granja pasó de tener las 9 vacas heredadas a transformarse en una explotación con más de una centena de animales.

Ganadería Puente, en la localidad de Cueva, concejo de Salas, siempre se ha dedicado al vacuno, especialmente de actitud lechera. A día de hoy, la componen 130 cabezas de raza frisona, de las que 67 están en ordeño con una producción media de 33 litros por cabeza y día que comercializan a través de Central Lechera Asturiana, además de 37 reses de la raza Asturiana de Los Valles, más los terneros, “que los vendemos de pasteros porque nosotros no tenemos sitio para cebar”. Éstas están en extensivo, se guardan 2 ó 3 meses en invierno dependiendo de las condiciones climatológicas, cuando las alimentan de hierba seca y silo. “Ahora mismo se venden bien, llevan un año ó dos que están buscados, pero se trata de conjugar una cosa con otra: pacen lo que queda tras ensilar. Las de leche no salen al prado al estar estabuladas, solo pace algo alguna novilla y alguna vaca seca”, detalla el ganadero.

Alimentación

Dispone de más de 54 hectáreas de infraestructura entre nave, almacén y terrenos, y de las que 22 están destinadas para silo de raigrás, parte de la alimentación del ganado, y compran concentrado y alfalfa. También producen hierba seca para novillas y vacas secas.

El trabajo comienza bien temprano, cuando Dolores alimenta, a base de pienso, a las novillas “para prenderlas” y luego “yo preparo la sala para ordeñar”, labor que les ocupa entre hora y media y dos horas. Cuentan como sistema de ordeño de una sala de 14 puntos. “No está descartado el robot. Pero todo va en función de cuándo y cómo se pueda económicamente”, avanza la pareja.

Tienen un mozo que les ayuda con las camas y a cargar el carro mezclador para mantener a las reses. Así mañana y tarde. Todos los días del año. De la genética se ocupa el Centro Veterinario de La Espina desde hace más de 20 años, y subcontratan el sembrado del raigrás. El ensilado se hace a través de una sociedad “en la que estamos cinco vecinos y tenemos varias maquinas”, explica Emiliano.

El futuro

Sin profundizar en su situación actual, no demasiado halagüeña, una de las preocupaciones de futuro de los titulares de Puente es la nueva normativa para la gestión de purines. Ahora lo distribuyen por las fincas pero con la nueva normativa “no sabemos que querrán hacer con nosotros. Es un problema grave. Aquí concretamente ese sistema que quieren imponer no lo vemos fácil; nosotros tenemos cubículos de arena, que en la planta de tratamiento de purines de Navia, la arena no la quieren, o no les vale”.

Otro de los inconvenientes es la fauna salvaje. “Los jabalís, que abrasan todos los prados, y los lobos. Aquí al lado el otro día mataron dos potros y también dos terneros”. Las administraciones deberían “tomar un poco de cuenta porque la cosa se dispara: hay jabalís y lobos por todos los lados”. No se cómo se podría regular pero son poco compatibles los animales salvajes con la ganadería. Por muy bien que lo quieran enfocar. Creo que deberían de buscar diálogo con los ganaderos, con la gente de los pueblos”.