1. El cultivo de eucalipto es fuente renovable de materias primas

Comparado con otros cultivos forestales, e incluso con bosques naturales, el eucalipto cultivado es capaz de producir de manera sostenible más cantidad de madera o biomasa con el mismo consumo de recursos, satisfaciendo con eficiencia la creciente demanda de estas materias primas. En m3 por hectárea y año, el eucalipto (10-30 m3/ha/año), comparado con otras especies utilizadas para celulosa triplica al pino (2-10 m3/ha/año) y al abeto (4-10 m3/ha/año) y es cuatro veces más productivo que el abedul (3-8 m3/ha/año).

  1. El cultivo del eucalipto permite el uso múltiple del monte

En los cultivos con eucalipto se desarrollan complementariamente muchos otros usos, perfectamente compatibles con la producción de madera: ganadería, uso cinegético, usos recreativos, actividad apícola, producción corchera, etc. Sirva de ejemplo que sólo en el patrimonio gestionado por ENCE ENERGÍA Y CELULOSA S.A. se dedican a pastos unas 25.000 hectáreas, casi 46.000 hectáreas a uso cinegético y más de 35.000 hectáreas a aprovechamiento apícola.

  1. Cultivar madera con eucalipto mejora los suelos marginales y/o degradados

El efecto beneficioso de los árboles invierte los procesos de degradación. Según autores como Montoya Oliver, “El eucalipto es un claro mejorador de los suelos en el caso de las tierras agrícolas que deban ser abandonadas como consecuencia de la política agraria comunitaria. Mejora los suelos, en especial los marginales, para los que hoy en día es una alternativa forestal bastante favorable, tanto ecológica como económicamente. Debería, pues, de promocionarse su cultivo precisamente por razones de conservación y mejora de los suelos.” (J.M. Montoya Oliver, “El Eucalipto”; 1995).

Los cultivos forestales son, por tanto, una oportunidad para mejorar los recursos económicos de las poblaciones rurales, ofreciendo usos alternativos sostenibles en terrenos de escasa calidad.

  1. Cultivar eucalipto ayuda a fijar la población rural a través el empleo

Sólo la actividad forestal genera más de 6.000 empleos específicamente en el ámbito rural, estables y enraizados con su entorno, y un volumen de riqueza que supera los 300 millones de euros en impuestos, aportaciones a la Seguridad Social y salarios, así como en compras forestales y rentas a propietarios

  1. El eucalipto da soporte a un sector industrial estratégico de primera necesidad

La sociedad demanda productos derivados de la celulosa. España es deficitaria en madera. Las plantaciones de eucalipto representan sólo el 3% de las plantaciones forestales en España, un mínimo espacio que sin embargo produce la mayor parte de la madera nacional sosteniendo el tejido industrial que la transforma.

  1. El eucalipto contribuye a la protección de bosques naturales

Las plantaciones reducen la presión sobre bosques naturales para satisfacer la demanda social de madera y biomasa.

  1. Los eucaliptales son sumideros de carbono atmosférico

Los cultivos forestales de eucalipto actúan como importantes sumideros de CO2 debido a su rápido crecimiento ayudando a frenar el cambio climático. Por cada m3 de biomasa producida, un eucalipto fija al año 1,9 t de CO2.

  1. Energías renovables

Debido a su rápido crecimiento y al poder calorífico de su biomasa, las plantaciones de eucalipto representan una gran oportunidad como fuente de energía renovable. De hecho, según estudios publicados por diferentes instituciones científicas, el eucalipto tiene más del doble poder calorífico que el chopo y la paulownia.

1 m3 eucalipto = 2.623.920 kcal.

1 m3 de chopo = 1.196.250 kcal.

1 m3 de paulownia = 1.197.990 kcal.

 

  1. El cultivo del eucalipto no agota el suelo, lo mejora

El eucalipto no es un género desertizador. Del estudio de la especie, se concluye que el tronco del eucalipto apenas contiene un 25% del total de nutrientes recogidos por el árbol durante su crecimiento. El 75% restante es devuelto al suelo a través de la descomposición de hojas, cortezas y ramas, que son los restos de las cortas a los que se somete el eucaliptal cada 10-12 años.

  1. Un eucaliptal cultivado frena los incendios

El eucalipto no es más inflamable que otras especies. En estudios basados en las experiencias desarrolladas por el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), el eucalipto, la encina y el pino carrasco están catalogados en el mismo grupo según su inflamabilidad, igualados incluso por el alcornoque durante los meses de verano. No es la mayor o menor inflamabilidad de las especies arbóreas el factor fundamental que causa que un incendio se propague rápidamente. Las causas que propician la rápida evolución o descontrol de un incendio son la presencia excesiva de material combustible bajo las copas de los árboles, y la mayor o menor continuidad física entre ellos.

  1. El eucalipto no consume más agua que otras especies y es un árbol mucho más eficiente en su consumo

Esto hace que siga creciendo en condiciones hídricas deficientes en las que otras especies frenan o paralizan su crecimiento. De hecho, el eucalipto presenta cualidades que no tienen otras especies forestales: intercepta menos lluvia (más agua llega al suelo por su tronco, sus hojas colgantes y copas poco espesas) y es capaz de captar el agua de la niebla a través de sus hojas.

La eficiencia en el uso del agua (EUA) mide la relación entre el CO2 fijado y el agua transpirada por la planta. El eucalipto posee valores de EUA muy semejantes a los observados en especies de otros géneros como el pino o las quercíneas (alcornoque, encina).

  1. El eucalipto no toma el agua de acuíferos profundos

En un exhaustivo estudio científico llevado a cabo en Galicia (CALVO, 1992) el autor describe las relaciones agua-eucalipto del suelo diferenciando el comportamiento en cada una de las estaciones del año. Además de comprobar que en situaciones críticas de falta de agua la evapotranspiración real de diferentes sistemas forestales (eucaliptal, pinar, y robledal) es muy similar, descarta que el consumo de agua de las plantaciones de E. globulus provenga de acuíferos profundos. En esta línea, diversos trabajos de caracterización del sistema radicular del E. globulus han demostrado que esta especie desarrolla una gran densidad de raíces en la zona superficial del suelo, decreciendo éstas de forma drástica por debajo de los 70-90 cm de profundidad. De forma general, el 80% de la biomasa del sistema radicular se sitúa en los primeros 60 cm de profundidad en el suelo.

Por último, atendiendo a su papel como generador de productos que demanda la sociedad, es justo recordar que el eucalipto consume mucha menos agua que los cultivos agrícolas.

Consumo de agua por kg de biomasa producida en diferentes cultivos Tipo de cultivo y consumo de agua por kg producido: Patata (2.000 l/kg), Maíz (1.000 l/kg), Caña de Azúcar (500 l/kg) y Madera de eucalipto (350 l/kg)

  1. El eucalipto no es autóctono y no es un bosque natural,

pero es la especie más eficiente como generador de materia prima en la menor superficie. El eucalipto es alóctono. Esta condición la comparten otras especies forestales como el algarrobo o el castaño, introducido por nuestros antepasados, y otras muchas especies agrícolas.

  1. El eucalipto no es invasor

El eucalipto es una especie que tiende a expandirse, porque tiene capacidad de rebrote ygerminativa igual que el pino o el chopo, pero no es dañino para otras especies ni desequilibra el medio. En el caso concreto del clima mediterráneo, el eucalipto ni siquiera puede expandirse de forma natural. Según los profesionales forestales de distintas instituciones españolas, es dudoso que se pueda calificar a las especies de eucaliptos utilizadas en nuestro país de invasoras.

  1. Un cultivo de eucalipto no es un desierto verde

Es verdad que en cultivo posee menor diversidad biológica que un bosque natural, pero aun así cuentan con una biodiversidad asociada muy beneficiosa para fauna y flora, y ni mucho menos ejercen un efecto aniquilador sobre la biodiversidad de su entorno.

  1. Debajo del eucalipto sí crecen otras plantas

Los eucaliptales son formaciones cuyas copas abiertas permiten abundante paso de luz y el crecimiento de las especies arbóreas y arbustivas a su abrigo. Es habitual en el norte de España el helecho común y otras especies como el tojo, el pino e incluso el roble bajo los eucaliptales (indicador de suelo fértil) y en el sur, también se da una importante regeneración natural del bosque autóctono en las zonas más propicias por suelo y clima.