José Antonio Martínez Baragaño, presidente de la Sociedad de Cazadores de Mieres
La Sociedad de Cazadores de Mieres gestiona dos cotos: desde 1992 el coto de Pinos (Castilla y León) en el Parque Natural de Las Ubiñas con 2.200 hectáreas, y el coto de Mieres desde 2003, que incluye una pequeña parte del municipio de Oviedo y cuenta con 15.343 hectáreas. Actualmente la Sociedad tiene 300 socios que pueden cazar en cualquiera de los dos cotos, por ejemplo en el de Pinos solo se permite caza menor a un grupo de 12 personas, y se puede cazar perdiz, también se hacen recechos de rebeco. En el de Mieres se caza perdiz y arcea en caza menor y jabalí y corzo en caza mayor. Esta temporada abatieron 344 jabalís.
-Económicamente, ¿cómo funciona el coto?
-Estamos bien, el número de socios desciende como en todos los cotos, la gente se hace mayor y el relevo generacional es complicado, tanto por el tema económico y por el lavado de cabeza que se realiza a la juventud. Pagamos 300 euros de cuota y al final de temporada las doce cuadrillas de caza mayor hacemos una pequeña derrama por el tema del jabalí. Tenemos cuatro trabajadores, una chica en oficina a media jornada y tres guardas, además de hacernos cargo de los daños de jabalí. Este año en concreto a los jabalís les faltó comida no hubo nada de castaña y además al nevar, los animales bajan de los puertos. En estos tres últimos meses se desbordó y llevamos 30.000 euros de daños y nos dieron una subvención de 1.233 euros, cada vez pagamos más y nos dan menos.
-¿Cómo gestionan los recechos de rebeco?
-Es un tema que regula la consejería, en el caso del coto de Pinos, la de Castilla y León, que en función del terreno y de los socios te da unos precintos y son los que se pueden matar. Los locales se sortean entre los socios, y los de turismo se sacan a la venta para gente de fuera.
-¿Cómo organizan las cacerías en el coto de Mieres?
-Está dividido en 11 lotes y somos 12 cuadrillas. Este año realizamos 15 cacerías. No hacemos sorteo, realizamos un cuadrante anual, y todas las cuadrillas tienen cacería en cada lote y si se dan más, se repite en algún lote.
-En su zona se enfrentan al peligro de los pozos de minas en el monte, ¿cómo lo resuelven?
-En el monte encontramos pozos de mina de montaña que son peligrosos porque al estar tapados con maleza nos pueden costar la vida. Empezamos a marcarlos y los monteros que traen un radio localizador con gps, si encuentran un pozo marcan la coordenada para tenerlo registrado. Hicimos una gestión con Hunosa, que ya tenía bastantes localizados, y los está vallando. Tenemos casos de perros que nunca aparecieron, y caerían en algún pozo.
-¿Qué opina de los cercados rurales?
-Entendemos que en una finca privada de prado no se pueda cazar si el propietario así lo quiere y la Consejería lo permite, pero en un monte donde los jabalís hacen daños en fincas colindantes, vuelven a dormir a la zona acotada, y nosotros pagamos los daños, no es de lógica.
-¿Y la caza menor?
-En el coto de Mieres hacemos cuatro sueltas de perdices al año, 1.000 perdices en total. En nuestro coto los cazadores de caza menor pueden cazar en toda su extensión desde que todos los días hábiles de caza.
-Este año ¿se han quedado sin cacería de veteranos?
-Sí, desde 2003, el primer año que no se celebró. Fuimos pioneros en crear un grupo de 25 personas con los mayores de todas las cuadrillas. Este año estaba prevista en febrero, entre las que se tuvieron que suspender por la nieve y la Consejería no quiso modificar ningún plan técnico, con lo cual nos quedamos sin ella.
-¿Cómo ve el futuro?
-Con la disminución de cazadores, va a tener que existir unión entre los presidentes de las sociedades de cazadores para defendernos, la problemática es común a todos. El tema de los daños es insostenible, el tema de los accidentes en carreteras mejoró entre comillas, y además tenemos que llegar a un entendimiento con los ganaderos.