Este agricultor de Candamo se dedica a la producción de fresa y hortaliza libres de residuos químicos que comercializa en mercados
Este madrileño se instaló en la localidad de San Román (Candamo) hace dos años con su pareja, de raíces asturianas. Biólogo de profesión, ya había coqueteado con la agricultura en la capital, pero motivado por la creencia de que en la tierra está el sustento y también la salud, y de que de un hobby puede convertirse en medio de vida, decidió especializarse en la producción de fresa ecológica, afamada en la zona (Fresa de Candamo). “No tenía ni idea de la fresa, de cómo cultivarla, pero vi que tenía mucha fama, que todo el mundo la conocía y que el Ayuntamiento también estaba implicado en hacer algunas cosas, como subvencionar planta”, destaca el agricultor.
Comenzó por 4.000 plantones, “mi suegra me cedió su huerta y empecé a ello”, y el año pasado ya los dobló en un terreno de 2.000 metros en Santoseso, siempre bajo el certificado de profesionalidad de agricultura ecológica, sometido a visitas periódicas y análisis de tierra. De hecho, en el registro del Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado de Asturias (COPAE), sólo figuran dos personas acreditadas en el municipio, que es, sin duda, una garantía para el consumidor. “No puse ni plástico, cubría las fresas con paja en primavera”, recalca.
Para este año, Gutiérrez invertirá en enfundar los caballones con malla para evitar las malas hierbas y conservar la humedad, y en riego por goteo, “tengo una motobomba y tengo que diseñar cómo hacerlo”. Su finca es rústica, carece de luz y tiene que abastecerse de agua mediante una balsa y depósitos anexos. “No estás lejos del pueblo pero no hay mucha posibilidad de llevar agua hasta allí”, afirma.
Los inicios están siendo duros, pero no se amedranta, aunque reconoce que no se le pasó por alto el abandonar. La pasada campaña, su producción sólo ascendió a los 1.000 kilos, “perdí más de la mitad de la cosecha por la falta de lluvia”, que comercializó en los mercados semanales de Pravia y Grado, además de vender a particulares y alguna tienda bajo la marca Candafres. “Se vende muy rápido. Hay escasez de fresa de Candamo”, resalta y explica que según los vecinos “en los años 80 venían camiones y cargaban toneladas de fresa todos los días, ahora no hay”.
Diversificación: Hortaliza
Dado que la campaña de la fresa son unos cinco meses y con el fin de sustentarse en invierno, Javier rota cultivos. Siembra casi de todo: romanescos, coliflores, acelga, guisantes, calabaza, brócoli, cebolleta, entre demás variedad, que distribuye en pedidos, cestas semanales a domicilio a demanda y gusto del cliente. Y es que cada vez se valoran más los productos ecológicos, y el público los compara con los que sembraban sus padres o abuelos, tomando consciencia de que es mejor invertir en salud que en médicos. Estamos ante una agricultura tradicional, pero no convencional, libre de residuos.
Entre los proyectos de este joven innovador se encuentra transmitir a la sociedad los valores y ventajas de la agricultura ecológica, cuyo valor añadido radica en la labranza libre de productos químicos, con visitas a su finca. “Me gustaría que el cliente pudiese venir a recoger la hortaliza para que vea cómo se hace, cómo se planta”, dice. Además entre sus objetivos está ampliar superficie de cultivo aunque reconoce la dificultad de acceder a suelo en Candamo. “Es terreno muy fértil y está en desuso. Lo ideal sería crear un banco de tierras, el Principado ya lo tiene pero hay poca oferta, para que haya beneficios y sinergias entre propietarios que por diferentes motivos no den uso a sus terrenos y gente que quiera trabajarlos. En otras comunidades esta fórmula ya está funcionando”, reivindica.
Los interesados en contactar con Javier pueden hacerlo a través de su página de Facebook Candafres.