Dimas Noval Fernández, es comercial de la Cetárea Tazones, mayorista de marisco, que trabaja con distribuidores, empresas de transformación (fabricantes de derivados de productos del mar), supermercados, pescaderías y que también sirven al cliente final a través de sus tiendas on-line y su tienda física, situada en El Musel (Gijón). “Grandes, medianos y pequeños, atendemos a todo el mundo”. Para la Cetárea Tazones, las Navidades son la época más ajetreada del año. “Se disparan las ventas, porque todo el mundo quiere cenar marisco, y los precios se elevan. Hay más demanda, y también más oferta, y tenemos que ajustar los márgenes”.
Los productos de la Cetárea Tazones llegan a Gijón desde diferentes países: Francia, Escocia, Gales, Francia, del sur de España… En estas fechas, lo más demandado es “el centollo, el buey de mar, y los bígaros”. Además, el precio de los bogavantes y de las nécoras se ha disparado, “están muy caros”. Sin embargo, el centollo sigue siendo el producto estrella en las pescaderías y en las mesas. “Es un producto bueno, a un precio asequible”. También venden langostinos, “pero no es nuestro fuerte, comparado por ejemplo con el centollo, del que vendemos toneladas”. En el último mes, el precio del marisco ha subido, y cada vez son más los clientes que optan por comprar antes, y congelar. “Pero para comprar solo cuatro centollos, no merece tanto la pena adelantarse y disfrutarlo fresco”. Los precios suben mucho más en los supermercados y las pescaderías que en un mayorista como la Cetárea Tazones. En esta empresa familiar, trabajan sin descanso el fin de semana, para surtir a sus clientes. “También abrimos en Nochebuena, para los rezagados”, y a partir del día 23 (lunes) la afluencia de clientes a su tienda de El Musel se dispara. “Y el 24 ya estamos preparados, porque también ofrecemos el servicio de venta de marisco ya cocido, a través de reserva. Cada vez es más habitual llevárselo así a casa que comprarlo vivo y hacerlo en su cocina”.
Aunque las Navidades son los días de mayor venta, también hay un pico de consumo en julio y agosto, “cuando servimos marisco a los restaurantes para bodas. Además, en esos meses, el precio del bogavante está más bajo, y la gente aprovecha”.
La Cetárea Tazones es una empresa familiar, fundada en 1984 por Dimas Noval padre -junto a otros socios-, en el puerto de Tazones, muy cerca de su pueblo natal, Oles (en Villaviciosa). “Mi padre fue marino mercante, y cuando recorrían las costas de Gran Bretaña, veían como los pescadores tiraban el marisco al mar, porque se pescaba mucho más de lo que se vendía”. Y así decidieron empezar a comercializarlo, cuando el consumo de marisco empezó a destacar en Tazones y otros puertos del Cantábrico. “Compraron un camión, y se fueron a Escocia y Gales, y empezaron a importar”. Después compraron una furgoneta para repartir por Asturias, y fue creciendo en paralelo al aumento del consumo de marisco, “que ya no es un lujo, a precios fuera del alcance de la mayoría”. Con el tiempo, se mudaron de Tazones al Musel, porque sus primeras instalaciones se les quedaron pequeñas ante el volumen de ventas. Llevan desde 2002 en Gijón, donde han seguido creciendo. Su hijo, Dimas estudió Alimentación, y ya lleva seis años en la empresa, en la que empezó desde abajo, en la zona de procesamiento de la fábrica, “envasando, picando patas y limpiando”.
Para Dimas, el futuro pasa por las exportaciones, una puerta que Cetárea Tazones abrió hace años. Ya exportan a Estados Unidos, México, Dubai o Emiratos Árabes, además de vender a dentro de la Unión Europea a Portugal, Francia, Inglaterra, Italia… “Estamos trabajando para exportar también a China, un gran mercado”. A pesar de su apuesta internacional, apenas el 15% de sus productos tiene destinos a otros países. “Nuestro principal cliente en Asturias, pero tenemos que abrir mercado”. Sus tiendas on-line también forman parte de su apuesta de futuro, ya que venden a toda España. “Puedes comprar bígaros, zamburiñas, centollos y hasta caparazones vacíos que se utilizan como plato, y te llega a casa por paquetería”. Además, en sus packs incluyen también marisco con botellas de sidra (natural, achampanada, ecológica) y hasta tarjetas regalo, con un saldo para canjear por marisco, “la forma más fácil de regalar”. Por otra parte, en su fábrica ‘Delicrab’, despiezan manualmente el marisco cocido para extraer la carne del centollo, la nécora o el buey de mar, con destino a restaurantes, o al cliente particular, envasada y lista para utilizar en su cocina. “Hasta ofrecemos recetarios para dar ideas”. Hasta se apuntan al ‘Black Friday’, ofrecen ofertas, y atienden a sus clientes 24 horas, a través de WhatsApp. “Resolvemos todas las cuestiones y dudas de todas las personas que nos preguntan. Estamos aquí para atenderles”.