La parroquia de Idarga (Salas) se caracteriza por la fortaleza de sus ganaderías de leche. Un ejemplo de ello es la Ganadería El Cogollo, propiedad de Raquel Fernández Pérez y Ramón Castro Lorences, que tiene por el momento varias razas de vacas (Frisona, Pasiega, Roja Sueca, Jersey, Ratina y Fleckvieh) hasta apostar actualmente por la raza Montpellier. Disponen de 20 hectáreas de terreno y cuentan con 45 vacas, teniendo entre 25 a 30 en ordeño más la recría. Dividen los animales en dos CEAS, Ramón el de los animales en producción y Raquel el de la recría. La nueva normativa de los purines, los destrozos del jabalí y el problema del lobo son complicaciones que sumadas a la incertidumbre del sector preocupan a los ganaderos.
-¿Cómo fueron los inicios?
-Me incorporé hace 16 años, teníamos la cuadra de toda la vida y en ese momento hicimos la nave, y con la subvención compramos maquinaria, lo que fue un impulso para la profesionalización de nuestra ganadería.
-¿Por qué están realizando un cambio de raza?
-Porque la Montpellier es una vaca más fuertes y resistente a las enfermedades y a los problemas de patas. Actualmente en producción solo tenemos una, pero hay diez en recría. Para el cambio hicimos un cruce con Frisona y conseguimos las dosis a través del veterinario, y queremos conseguir la autenticidad de la raza. Las primeras dos dosis me costaron a 35 euros, tuvimos la suerte de que salieron hembras y a los dos meses vinieron dosis ya a 25 euros, porque la demanda está extendiéndose.
-¿Cómo tienen tanta variedad de razas?
-Desde que recuerdo en esta casi siempre hubo Pasiega, tienen más facilidad de parto, y dan menos problemas, las ratinas de leche igual, producen menos que una frisona pero dan más calidad. Aquí cuando las cuatro ratinas están recién paridas notamos mucho el incremento de la calidad de la leche.
-¿Cuál es la producción de su ganadería?
-Tenemos una media de 33 litros por vaca y día con el 4,36 de grasa, el 3,62 de proteína, 10 de bacteriología y 102 de células somáticas. El sistema de ordeño es directo con cuatro puntos. Entregamos la leche a la Cooperativa Agrovaldés y tenemos en reserva un título de Central Lechera Asturiana por si hace falta.
-¿Cuál es la alimentación de los animales?
-Todos los días del año salen a pastar salvo que haya muy mal tiempo y en cuadra comen casi todo seco. Por la mañana les damos una ración de hierba seca y después el pienso, del que nos abastece Agrovaldés, y cuando vuelven a la cuadra de pastar, si el tiempo lo permite damos raigrás o compramos veza. Hacemos silo de raigrás, porque sembramos dos hectáreas de maíz, pero lo consumen en verde desde últimos de septiembre hasta diciembre, en temporada.
-¿Disponen de maquinaria?
-Para realizar nosotros mismos todos los trabajos de campo de la ganadería contamos con todo tipo de maquinaria: dos tractores, ensiladora, peine, volvedora, encintadora, cuba…
-¿Cuáles son sus planes de futuro?
-Está bastante complicado. De momento no pretendemos aumentar la ganadería, hay que procurar mantenerse, y si los precios mejorasen lo valoraríamos. Tampoco queremos utilizar subvenciones por los compromisos que exigen. De momento vamos a mantener lo que tenemos.
-¿Cómo valoran la situación actual del sector?
-El sistema de trabajo evidentemente es más cómodo, pero económicamente estamos peor, porque los gastos cada vez son mayores.
-¿Qué opina del precio de la leche?
-En primavera el precio de la leche siempre baja. Entregando a Agrovaldés estamos a gusto, en nuestra ganadería lo que nos salva de momento son las calidades. La producción no la podemos aumentar, desaparecieron las cuotas pero seguimos igual de limitados. La desaparición de las cuotas lácteas para nosotros fue un gran mazazo porque hicimos inversiones que se perdieron.
-¿Qué opinan de la nueva normativa de purines?
-La nueva normativa para nosotros es imposible de llevar a cabo, porque nuestras fincas son pequeñas y con mucha pendiente. De momento no es problema, y hace dos años que compramos la cuba con cañón. Tendrán que venir los políticos a regar.
-¿Les afecta la fauna?
-Ahora en esta zona encontramos de todo desde cigüeñas hasta gaviotas. Evidentemente lo que más nos afecta es el lobo y el jabalí. El jabalí destroza las fincas de maíz y raigrás porque en el monte no tiene qué comer. La fauna salvaje nos está comiendo terreno y explicaría a los que dicen que tenemos los animales en el monte, que no es así, ya que el jabalí y el lobo prácticamente se nos meten en casa. Hasta ahora no hemos tenido ningún problema, pero están ahí. Este año hemos asegurado tanto las vacas como la recría por si acaso. Y ante un problema, si cobras del coto y del seguro nos califican de delincuentes.