La consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, ha anunciado hoy que el índice de prevalencia de la tuberculosis bovina en Asturias se situó el año pasado, por primera vez en la historia de las campañas de saneamiento ganadero, por debajo del 0,1 por ciento. Concretamente, descendió hasta el 0,08% frente al 0,17% de 2016, lo que supone un 52% menos.
Este dato implica que, de mantenerse esta tendencia durante los próximos cinco años, Asturias sería declarada región libre de la enfermedad por la Unión Europea (UE) en 2022.
La titular de Desarrollo Rural ha explicado que, para considerar erradicada la enfermedad, la UE exige mantener un índice de prevalencia inferior al 0,1 por ciento durante seis ejercicios seguidos. “El primero de los requisitos es que el porcentaje de rebaños bovinos cuya infección con tuberculosis haya sido confirmada no supere el 0,1% anual de todos los rebaños durante seis años consecutivos y que, al menos, un 99,9% de los rebaños logren el estatuto de oficialmente indemnes de la enfermedad durante otros seis años seguidos. El cálculo de este último porcentaje debe realizarse el 31 de diciembre de cada ejercicio”, ha abundado.
Álvarez ha precisado que Asturias ya cumple el resto de los requisitos. ”Dispone de un sistema de identificación y registro de animales de la especie bovina, de acuerdo con el reglamento de la Comisión Europea de 1997; las reses sacrificadas son sometidas a un posterior examen oficial y cumple también los procedimientos de suspensión y retirada del estatuto de rebaño oficialmente indemne de tuberculosis”, ha subrayado.
A pesar de los buenos resultados de la campaña de 2017, la consejera ha advertido de que no se debe bajar la guardia y ha insistido en que es preciso incidir en los puntos de mayor riesgo que son, entre otros, “un mayor control de la tuberculosis en la fauna silvestre y en otros animales domésticos, la trashumancia, los pastos comunales y los movimientos de animales”.
Además, ha asegurado que Asturias es “un modelo a nivel nacional en gestión de las campañas ganaderas”. “En 2016 la prevalencia de tuberculosis bovina bajó hasta el 0,17%, mientras la media nacional se situó en el 2,87%; es decir, en ese año estábamos 17 veces por debajo de la media de España”, ha precisado.
El Principado está considerado región libre de brucelosis bovina por la UE desde febrero de 2017 y de brucelosis caprina y ovina desde 2013. A juicio de la consejera, en estos momentos “puede afirmarse que el programa de erradicación de la tuberculosis va por buen camino, gracias al esfuerzo y colaboración de los ganaderos asturianos”, ha indicado.
Las campañas oficiales de erradicación de la tuberculosis bovina comenzaron en Asturias en la década de los años 80 y desde 1986 son obligatorias para todas las explotaciones. El programa de erradicación es una norma de ámbito nacional, elaborada por el Ministerio de Agricultura en colaboración con todas las comunidades, y aprobado por la UE.
La tuberculosis es una enfermedad crónica, que afecta a distintas especies de animales, y también a humanos. La prueba oficial de diagnóstico in vivo es la intradermotuberculinización (tuberculina), que diagnostica animales infectados, además de enfermos. No existen pruebas contradictorias ni contraanálisis para esta prueba y la ausencia de lesiones visibles en matadero o cultivo positivo en los animales sacrificados en ningún caso puede llevar a la conclusión de que el animal no estaba infectado.
La ejecución del programa es requisito indispensable tanto para mejorar las condiciones sanitarias de las explotaciones como para favorecer los intercambios comerciales de animales y sus productos. Por tanto, su existencia y aplicación es una garantía y un aval para los ganaderos asturianos, tanto a nivel europeo como extracomunitario.