A los 18 años Abel Fernández comenzó a dedicarse a la profesión de herrador, y ya lleva 13 en ello. En su casa de Las Caldas siempre hubo caballos de carreras y Raid, por lo que como su herrador de toda la vida, Félix Fernández, se pensaba jubilar, no dudó en ir adquiriendo poco a poco los conocimientos que le trasmitía, en principio para ser capaz de encargarse de sus 7 u 8 caballos y ahorrar gastos. Poco a poco este trabajo de herrador se fue convirtiendo en una dedicación exclusiva. El objetivo de Abel era ser jinete, pero la dificultad que conlleva le hizo aprovechar sus conocimientos de herrador para vivir su vida al lado de lo que más le apasiona, los caballos. Sus áreas de actuación son Asturias y Cantabria.
-¿En qué consiste su trabajo? ¿Qué lo diferencia de otros?
-Lo principal es revisar los cascos de los potros desde pequeños para que vayan creciendo bien, con buenas formaciones. Hay que empezar a arreglar a los potros desde los 6 o 7 meses, ya que si hay alguna malformación es la única manera de corregirla. Según van subiendo de edad, a los 3 ó 4 años cuando van a ser domados, se empiezan a herrar. Trabajo sobretodo con caballos de competición y utilizo diferentes herrajes, a veces los caballos por lesiones piden herrajes ortopédicos. Me diferencio en que estoy especializado en caballos de Raid, de resistencia, porque es el caballo en el que más conocimientos tengo, como jinete, entrenador y profesional de herraje. También hago caballos de salto para cuadras importantes. Además es muy importante el trabajo conjunto con el entrenador, el veterinario o el mozo de cuadra, que llevan los cuidados del casco, lo limpian día a día… es un trabajo en equipo.
-¿Cuáles son los principales problemas que sufren los caballos?
-Lo que más me encuentro son problemas de cascos, porque en Asturias los herrajes en un caballo de deporte los hay que hacer muy seguidos, no deberían transcurrir más de 60 días entre un herraje y otro, incluso hay caballos que necesitan herrarse cada 25, 30 ó 40 días porque el casco no haya crecido lo suficiente para poner los clavos en una zona nueva. Hay caballos a los que le rompen mucho los cascos por eso, por no guardar esos día que tendrían que transcurrir entre un herraje y otro.
-¿Se cuidan mucho los caballos en Asturias?
-Hay de todo, el que tiene el caballo muy cuidado, incluso demasiado, y el que vas a herrar un caballo y su herraje tiene 5 ó 6 meses, eso es matador para el tema de articulaciones y tendones.
-¿Qué tipo de herraduras utiliza?
-Dentro de las herraduras encontramos muchas marcas y modelos diferentes. Dentro de las herraduras de hierro es todo bastante fijo, ahora han salido unas herraduras nuevas que van pegadas, elaboradas con una mezcla de plástico y poliuretano, se están probando. Personalmente si el caballo está sano y no tiene ningún problema, me gusta ir a la herradura clásica de toda la vida, una herradura de hierro, y si lo hubiese ya tenemos que buscar herraduras en forma de huevo, en forma de corazón, o herraduras pegadas para caballos cuyos cascos rompen mucho y no aguantan la presión de los clavos.
-¿Continúa siendo jinete? ¿En Asturias hay mucho aficionado al Raid?
-Sí, sigo siendo jinete y hay mucho aficionado al Raid. En mi casa llevamos 27 años con ello, ya corrían mis padres y un tío, luego empezamos mi hermano y yo y el resto de la familia lo dejó para apoyarnos a nosotros. Todavía seguimos corriendo, y participamos en pruebas regionales, nacionales e internacionales. Ahora menos porque al trabajar tanto mi hermano como yo tenemos menos tiempo para entrenar.
-El Raid es una carrera de resistencia, háblenos de ello.
-Se empieza con caballos jóvenes, los de cinco años corren 40 km, y a partir de los seis años pueden correr todas las distancias. De 40 se pasa a una carrera de 60 Km, tres carreras de 80 km y si quieres seguir subiéndolos de categoría pasan de 120 km a 160 km y el recorrido máximo son 200 km que se realizan 100 de sábado y 100 de domingo. Requiere tiempo y dedicación. Hay muchos controles veterinarios, y cada 20 km se hace una prueba veterinaria, el caballo siempre tiene que estar en condiciones óptimas para seguir y si no lo está, queda eliminado. Salimos todos juntos, va en fases de 20 y 30 km por etapa, haces la primera etapa y según vas llegando, el corazón del caballo tiene que llegar a 64 pulsaciones, el cronometro de la hora de salida no se para hasta que el caballo está a esas 64 pulsaciones y sigue corriendo. Hasta los 80 km funciona a pulso y a partir de 80 km va funcionando así en todas las etapas menos en la final que el primero es el que gana. Aquí la prueba más importante es el Campeonato de Asturias y la Llanes Cup que fue también prueba internacional. Hay unas 8 o 9 carreras al año. Cada día de carrera hay tres pruebas, un 40, un 60 y un 80 para caballos jóvenes, de 6 años y de 7 años, a partir de ahí pasan a correr 120, 160 o 200, la aspiración de cada uno.
-¿Alguna anécdota o caso para reseñar?
-Te podría contar muchas. Tuve un caballo hace cosa de tres años que en una carrera se quedó cojo, y no mejoraba ni le encontraban nada. Un día me puse a herrarlo y me fijé que entre el casco y el pelo había algo que me llamó la atención, limpié el casco y debajo había un trozo de palo como de 4 cm. El caballo estuvo en el hospital, se le hicieron placas y no salía nada, llevaba meses con el palo clavado, la infección le rompió el casco, pero no por el lugar donde estaba el palo clavado. Tengo muchas anécdotas diariamente.