¿Qué opinas de la tendencia de utilizar una o pocas yeguas para tener muchas crías utilizando las técnicas modernas?
«Creo que a largo plazo no es el mejor planteamiento. Con las últimas técnicas se pueden criar muchos potros con una sola yegua cada año, pero pienso que se deben utilizar más líneas de sangre para conseguir la mejor combinación. Una combinación puede parecer buena sobre el papel, pero no tiene por qué serlo en la vida real. Por ejemplo, cuando sigues una receta de cocina paso a paso, no tiene por qué salir bien el 100% de las veces. A menudo, hay que hacer pequeñas correcciones para mejorarla. Si nos limitamos a utilizar unas pocas yeguas, al final ya no tenemos elección».
¿Se sabe pronto qué caballo tiene más posibilidades de alcanzar el alto nivel?
«Cada caballo es diferente, por lo general, los caballos jóvenes suelen ser muy absorbentes y aprenden todo con facilidad, pero los hay tardíos, que necesitan un poco más de tiempo como consecuencia de algunos problemas físicos o de mentalidad. Sin embargo, en ambas situaciones, si se dan algunos saltos con el caballo, se puede sentir si tiene talento. Es muy importante la altura con la que salta sobre los obstáculos y lo cuidadoso que es. Algunos caballos jóvenes saltan demasiado hacia delante y parece una desventaja, pero con el tiempo, sobre todo en niveles superiores, es una ventaja. Tienen que saltar con facilidad y gustarles su trabajo. Por supuesto, al final todas las piezas del puzzle tienen que encajar para conseguir un caballo que acabe en el nivel más alto, con el jinete o amazona adecuados».
¿Se va demasiado deprisa en la hípica actual con los caballos jóvenes?
«Tienen que aprender a confiar en el jinete y adquirir experiencia en los recorridos y por ello, es mejor permanecer un poco más en la misma altura hasta que se sienta confiado antes de subir de nivel. Cada caballo puede ser diferente en esto y es muy importante escucharlos. Si no lo haces y te precipitas, al final tendrás que bajar dos escalones. Y siempre intentamos evitarlo. Todos los implicados en la preparación de un caballo tenemos una gran responsabilidad y es fundamental que no nos olvidemos de su naturaleza. Por eso, todos nuestros caballos sin excepción salen al campo al menos cada dos días y si es posible, todos los días. Se comportan muy bien porque están acostumbrados, pero si tienes un caballo que no está acostumbrado a tener esta libertad puede ser muy peligroso, porque no conoce su propio poder. Estamos muy «mal acostumbrados» a las buenas pistas que tenemos en los concursos cercanos a Someren, pero es bueno para el caballo acostumbrarse a diferentes suelos y escenarios para fortalecerse, que no trabajen siempre en la misma pista, una y otra vez. En este sentido, también es muy bueno montar en el bosque y necesario para la mente del caballo».