La ganadería familiar Los Pasiegos, al frente de la cual está María Encarnación Braña Pedraza, cuenta con 45 vacas madre, 20 novillas y 4 sementales de raza Asturiana de los Valles doble grupa, con la reciente incorporación de un nuevo semental tipo normal. Están orientados a mejora genética y a la venta de animales de vida, así como venden sus pasteros a mayoristas y cebaderos. El marido y los dos hijos de María Encarnación tienen otros trabajos, por eso optaron por la ganadería de carne, pero su pasión por la ganadería les lleva a dedicar su tiempo libre en ayudar en lo que sea necesario. Concretamente uno de sus hijos, Fernando Borra Braña, afirma que “de ser rentable, a la jubilación de mi madre, nada me gustaría más que quedarme al frente, pero la situación por la que pasa el sector lo hace casi inviable”.
Disponen de 20 hectáreas propias, 20 hectáreas de pastos comunales en La Curiscada y otras 10 hectáreas en alquiler. Con respecto al manejo “desde marzo a diciembre los animales están en el pasto y en época invernal las bajamos a la cuadra. En verano recogemos silo de raigrás y hierba seca, y las vacas que lo necesiten y a los terneros les aportamos el pienso que necesiten”, explica Fernando. Trabajan con el Centro Veterinario de Tineo y están en su ADS.
Con respecto a la situación del sector este joven tinetense reconoce “no haber sido nunca muy optimista” y lo ve complicado. “Si viese el futuro claro estaría aquí trabajando con las vacas, a los jóvenes ganaderos se les están dando unas subvenciones de incorporación que al final son un caramelo bueno de coger, pero la realidad es otra. Necesitamos que nuestro producto tenga un valor justo, y las ganaderías deberían ser rentables sin estar condicionados siempre a las ayudas, que son lo que ahora mismo sustenta el sector” afirma convencido Fernando.
Él es ganadero vocacional, pero no ve la rentabilidad suficiente para incorporarse como profesional. “Necesitaríamos más animales, no es igual sacar un sueldo para mi madre que dos. Tenemos los animales que tenemos porque a mí me gustan, no necesitamos esta cantidad, nos gusta mucho y el tiempo libre lo empleamos aquí”, afirma. Pertenecen a ASEAVA y a IGP Ternera Asturiana, además es juez calificador desde hace más de una década, ya que con solo 17 años le gustaba y consiguió el título aunque desde la pandemia en la actualidad este año ha decidido no juzgar concursos.
Con respecto al futuro “a mí no habría cosa que más me gustara que el día que mi madre se jubile quedar yo con las vacas, sean más o sean menos, yo vacas voy a tener siempre, pero una cosa es tenerlas por afición y otra coger la explotación, tomar las riendas y vivir de ellas. Estamos condicionados a la PAC y desconocemos cómo se va a gestionar en el futuro”, explica. Fernando Borra cree que la carne “no se valora como se debería, al productor habría que darle el precio que merece, entiendo que los intermediarios tienen que ganar, pero ahora mismo, mira a cómo se vende el kilo de carne y cómo está en la carnicería. Nuestro trabajo es para que el intermediario gane, seguimos cobrando lo de siempre o menos y los gastos se elevan, con la subida del cereal”.
Otra de sus pasiones son las yeguas de cría de producción cárnica siendo socio de ACGEMA. Reconoce que en la actualidad el equino tiene muy buenos precios y son un buen complemento a la ganadería de vacuno.