Cabañaquinta acogió el pasado 26 de noviembre El Mercaón, feria más importante del municipio allerano. El buen tiempo y coincidir en sábado, fueron dos factores que contribuyeron a que la cita ganadera registrase una gran afluencia tanto de público como de cabezas de ganado. El mercadillo en las calles aledañas al recinto ferial también contribuyó a ambientar la fecha festiva en la localidad con casi un centenar de puestos de todo tipo: desde cencerros, guarnicionería, textil y calzado, productos de la huerta o una exposición de tractores ubicados en un lateral de la feria. Después fueron muchos los que aprovecharon las jornadas gastronómicas para degustar los tradicionales callos y picadillo que ofertaban los restaurantes de Cabañaquinta y de otros puntos del concejo allerano.

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El ganado empezó a entrar en el recinto ferial a última hora de la tarde del viernes. Más de 700 animales en su mayoría de vacuno (Asturiana de los Valles y Asturiana de la Montaña) y equino además de cabras,  y pitas pintas fueron el atractivo de visitantes y compradores. En esta edición se incrementó el número de caballos que acusaron una subida de precio. Tratantes y compradores venidos de la región y diferentes puntos España tuvieron donde elegir, ganado de excelente calidad.

Rubén Mallada, concejal de Medio Rural y Ganadería de Aller mostraba su satisfacción ante un recinto ferial abarrotado de gente y por el que pasaron miles de personas a lo largo de la jornada. “Además de ser día festivo local, que haya caído en sábado ha facilitado que mucha gente se haya desplazado hasta aquí, además también muchas personas vienen en tren por el tema del aparcamiento, la línea de FEVE un día como hoy dobla el número de vagones porque la estación está al lado de la feria”, comenta.

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Con respecto a la feria el concejal allerano destacó que “el número de caballos esta edición ha sido exagerada, así como la calidad del ganado vacuno”. Paseando por el recinto ferial muchos eran los ganaderos que vara en mano y alguno que otro con madreñas, se detenían a cada paso para valorar la calidad de los animales. “Los ganaderos acuden al Mercaón para disfrutar de la feria, estar entre el ganado y disfrutar de él”, dijo Mallada.

Desde el Ayuntamiento en colaboración con Aller Experiencias se organizaron las jornadas gastronómicas de los callos durante toda la semana, ya que “es la tradición comer callos el día del Mercaón”, concluyó el concejal.

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Sin lugar a dudas la feria de Cabañaquinta sigue manteniendo el nivel de ganado de otros años pese a que en algunos municipios las ferias parecen resentirse porque los ganaderos utilizan ya otras formas de venta para sus animales.