Simón Rodríguez es popular por ser un maestro apicultor de los de toda la vida, lleva 50 años con las abejas y su especialidad son los truébanos, aunque actualmente tiene colmenas modernas. Gran emprendedor y amante del sector ganadero y lo que su paradisiaco entorno le ofrece en Pando (Belmonte), ha tenido vacas Asturiana de los Valles, asturcones, conejos, cabras y pitas pintas. Aunque todo tiene pros y contras, el lobo y el oso le frustraron más de una expectativa con su ganado.
-¿Cómo comenzó su relación con la apicultura?
-Por herencia familiar, llevo 50 años con las abejas. Estuve 30 años trabajando con truébanos, casi diría que tengo más experiencia que en colmenas. Soy socio fundacional con el número tres de la Asociación de Apicultores de Asturias. Llegué a tener cerca de 270 colmenas, repartidas en siete u ocho asentamientos. Actualmente conservo 50 colmenas en dos asentamientos, el resto nos las fueron cerrando el oso y las enfermedades. Realizamos venta directa de la miel, a conocidos, compradores de toda la vida, y acudimos a las dos ferias de Belmonte.
-¿Qué enfermedades les afectan?
-La barroa, la loque, el avispón. Hay unos tratamientos sistematizados con bastante buen resultado. Las abejas van superando las enfermedades más por selección natural que por otra cosa. Los tratamientos ayudan pero no son determinantes.
-¿Qué diferencia su miel?
-Nuestra marca es Miel de Montaña, es miel de brezo. La situación que tenemos es ideal para las colmenas, en el valle hay cerca de 200 cerezos silvestres, castaños y brezo. La miel es diferente incluso por cada asentamiento, cambia el sabor.