Pocas situaciones como la emergencia mundial que estamos afrontando por la pandemia del coronavirus ponen más a las claras la relevancia estratégica que tienen la agricultura y la ganadería para la sociedad. La firme y rápida respuesta que ha dado nuestro sistema agroalimentario al incremento exponencial de la demanda de los consumidores ha garantizado una tranquilidad social clave para poder articular con éxito una respuesta conjunta a una de las mayores crisis a la que nos hemos enfrentado. El agravamiento de la pandemia en nuestro país llegó en medio de una ardua campaña de agricultores y ganaderos para instar soluciones a la preocupante realidad que vive el sector primario. Con inmensa responsabilidad y civismo, en primer lugar aplazó sus movilizaciones para evitar la propagación del virus e inmediatamente después se puso a disposición de la ciudadanía para asegurar el abastecimiento de alimentos. Desde entonces, los productores han intensificado su actividad para garantizar la cadena alimentaria.
El escaso reconocimiento social de la labor agraria como garante de la soberanía alimentaria y del sostenimiento y conservación del mundo rural ha sido una de las principales motivaciones de las protestas de los agricultores y ganaderos y sin duda una de las lecciones a aprender en esta crisis sanitaria, económica y social generada por la Covid-19 es la necesaria puesta en valor de una actividad y un capital humano que tenemos que preservar y amparar no solo en estos momentos sino en el futuro. En definitiva, que las urbes miren al medio rural y entiendan su vital importancia. El campo no para, hay que comer, y son ellos los que nos dan de comer. A pesar del menosprecio, están ahí, más fuertes que nunca y a nuestro servicio. ¿Cómo íbamos a subsistir si avanzamos en el confinamiento? “Hemos ganado mucho reconocimiento entre la opinión pública”, afirma Javier González, presidente del Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Asturias –COPAE-.
Desconocemos aun cuándo acabará ni tampoco cuáles serán las consecuencias de esta guerra contra un enemigo invisible pero devastador que ha cogido al mundo por sorpresa, atacando directamente a una renta sostenida por un mercado cada vez más global. En este contexto de incertidumbre, aún a expensas de ver qué deparará todo esto, el sector primario se perfila como una balsa a la que agarrarse para empezar de nuevo y los pueblos como asilo para poder desarrollar una actividad económica y rentable.
Las principales reacciones para enfrentar una pandemia de las características de la Covid-19 llevó al veto por parte de las Administraciones de los mercados al aire libre y que suponen uno de los principales puntos de venta para los pequeños productores de línea convencional y ecológica.
En el transcurso de esta crisis sanitaria se han producido cambios rápidos en la condiciones de vida y de trabajo de la gran mayoría de las personas, y de un modo muy particular, en la venta y consumo de alimento. Hay variaciones en la accesibilidad y en la sensación de necesidad y seguridad respecto al género. Las iniciativas agro de proximidad, especialmente las que ofrecen servicio a domicilio, han proliferado y resuelto la demanda del consumidor, que aprovechan para buscar otros suministros o para cambiar los hábitos alimenticios: aumentar el consumo de frutas y hortalizas de temporada. El estado de alarma ha ayudado a que “el consumidor se conciencie en consumir el producto local y en la potenciación de nuevos clientes”, destaca González.
Mecáu Eco Queda En Casa, a domicilio
El COPAE ha puesto en marcha la iniciativa ‘Mercáu Eco Queda en Casa’ para acercar los productos ecológicos a los hogares asturianos, facilitando el contacto directo con los productos certificados con el fin de paliar los daños ocasionados por el cierre de hostelería y por la suspensión de los canales de venta tradicionales, como son los mercados semanales. El objetivo: apoyar “a los productores que tienen mucho producto porque solían sacarlo en mercados”. “Esta es una de las iniciativas, pero hay que seguir trabajando para dar salida al producto”, avanza el presidente del organismo. En sí, con este proyecto se reactiva la venta a domicilio dado que muchos de los adscritos ya venían realizando con antelación a modo de cestas semanales o mensuales bajo pedido.
A través de su página web, se puede consultar el listado de operadores certificados, en total 29, en los sectores de producción y elaboración. Entre ellos, Bioastur, una cooperativa ganadera formada por 16 explotaciones familiares del oriente asturiano “empeñadas en dar a conocer un producto de calidad diferenciada y excepcional, producido en nuestras propias ganaderías”. Una carne ecológica que conserva sus ventas. “Nos cayeron los restaurantes y colegios pero se aumentó la venta a particulares y a tiendas que hacen reparto a domicilio”. Este año, habían realizado una fuerte campaña de promoción para revitalizar su venta online, incluso bajando el pesaje del pedido mínimo de 12 a 4 kilos, “un peso que se maneja bien en una casa”. Se nota que “la gente prueba. Así que se afianzarán clientes, no toda la gente que fue probando producto durante el confinamiento pero sí nos va a quedar algo de clientela”, apunta el presidente, Eloy Rozada. Asimismo, desde la entidad han confirmado que aunque la demanda de la ternera ha aumentado, certificada con el sello de calidad de la Identificación Geográfica Protegida -IGP- Ternera Asturiana, mantendrá los precios de venta al público con las mismas tarifas que el año pasado, “para mantener el compromiso con todas aquellas personas que han depositado confianza en nosotros”.
Aunque Pita Sana está localizada en el occidente de Asturias, sus ecohuevos se reparten por toda la región. Al inicio del confinamiento, nos explica su propietaria Noelia García que vieron mermada su demanda, “los comedores escolares y restaurantes cerraron. Pero pronto notamos un incremento en los pedidos de las tiendas y se compensó”.
Productos de Aquí, a un clic
Lluis Nel Estrada, gerente del restaurante La Talamera en Ribadesella, puso en marcha Productos de Aquí, una plataforma que pone en contacto a productores agroalimentarios de origen local con clientes locales. Con la ayuda de la empresa tecnológica GapMedia, de manera completamente altruista, el portal agrupa los alimentos en familias y se muestran según su geolocalización para que se pueda comprar en función de la proximidad: “facilitamos que el usuario pueda ver de forma ordenada los alimentos de proximidad”. Quesos, hortaliza, fruta, miel, fabas, entre demás variedad, al alcance de un clic. “Estamos muy contentos con la respuesta de los productores”, destaca el cocinero. Se inició con 33 y hoy ya son 80 los que ofertan su género a través de productosdeaqui.es. El siguiente paso: abrir la oferta a nivel nacional, pero manteniendo la esencia: que sea un producto sostenible, de proximidad, calidad y fijados en el medio rural. Asimismo, esperan la posible incorporación de Alimento del Paraíso Natural.
El proyecto cubre el desarrollo informático, la puesta en marcha y la monitorización, todo ello sin coste para los productores y con el objetivo de lograr que mejoren sus ventas pese a la actual crisis generada por el coronavirus.
Esta iniciativa está relacionada con la actual situación de confinamiento y tras constatar que muchos productores no tienen resuelta la venta a domicilio.
Frambuastur, del campo a tu casa
Otra de las empresas que ha visto el cambio de la tendencia del mercado ha sido Frambuastur. Creada hace dos años y medio en El Pozón, concejo de Tineo, produce frutos rojos –frambuesas, moras, grosellas y arándanos-, mermeladas artesanas y hortalizas en campaña de verano. Su propietario, Marco Feito Areces, se percató del aumento de las compras on line y decidió el pasado enero ofrecer reparto a domicilio de frutas y verduras, en su mayoría directas desde el agricultor al consumidor evitando intermediarios y ajustando los precios. “Comenzamos a ofrecer el servicio en enero y estamos contentos. Estamos ultimando nuestra web con tienda on line. De momento, funcionamos a través de Facebook, Instagram, teléfono y WhatsApp”, explica Feito.
Esto asegura trabajo a Frambuastur también fuera de temporada. Distribuyen a domicilio en Tineo, Pola de Allande, Salas, Oviedo, Gijón y Avilés e incluso a través de paquetería en frío a Ribadesella, Llanes o Madrid. “De momento enviamos a los clientes una lista con los productos y precios actualizada cada día y a partir de ahí nos hacen el pedido y concretamos día de reparto. Cuando esté activa la tienda on line, facilitará tanto la gestión como las compras”, detalla el tinetense. Su objetivo es ofrecer un servicio de calidad, con márgenes de compras ajustadosa mercado y llevarlo a la puerta del cliente.
En su catálogo de productos, “un 80% provienen directamente de los productores”. Asimismo, cuenta con un socio de Huelva para comercializar más variedad como cítricos o caquis, “aunque inevitablemente hay algún producto que por demanda tienen que comprar a un mayorista. La política de empresa es que cuantos menos intermediarios, mejor calidad y mucho mejor precio”, concluye el titular de Frambuastur.