Medio Rural destina 101 millones de la Política Agraria Común a garantizar las rentas de los agricultores y ganaderos

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Marcelino Marcos, consejero de Medio Rural, ha destacado hoy en la Junta General la importancia de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) para garantizar las rentas de los agricultores y ganaderos. El presupuesto autonómico de 2026 reserva 101 millones para este objetivo prioritario del Gobierno de Asturias.

Marcos ha comparecido en el parlamento para explicar las cuentas de su consejería, que contará con 272,6 millones, nueve más que este ejercicio. Buena parte de esos recursos corresponden a la PAC, básica para asegurar el futuro de la agricultura y la ganadería.

El consejero ha puesto el acento en la relevancia de estos fondos. A este respecto, ha reiterado su rotundo rechazo al recorte propuesto por la Comisión Europea para el presupuesto del sexenio 2028-2034. El ajuste supondría una disminución de 86.000 millones, equivalentes al 22% de la cuantía actual. En su opinión, este descenso “es inaceptable”.

Los fondos de la PAC, “fundamentales para mantener el modelo de explotaciones familiares sostenibles propio de Asturias”, se distribuirán en dos grandes capítulos:

  • Ayudas directas: 69,9 millones, tres más que este año
  • Apoyo a la actividad agraria sostenible: 32,2 millones, de los cuales 21 se destinarán a las zonas de montaña.

A mayores, la consejería pondrá en marcha un plan especial para apoyar la ganadería extensiva. Dotado inicialmente con 250.000 euros, se centrará en reducir la carga burocrática y mejorar su reconocimiento social.

Con el mismo objetivo –fortalecer el sector ganadero-, Medio Rural saneará el 100% de la cabaña ganadera. Este es un compromiso que el consejero había alcanzado con las organizaciones agrarias. En total, el presupuesto consigna 12,8 millones a preservar la sanidad animal.

Más empleo, más población

Estimular el emprendimiento en el medio rural es otro de los principales propósitos del presupuesto. A más iniciativas empresariales también se creará más empleo y se contribuirá a fijar población. Con este planteamiento, las cuentas reservan 25,7 millones para los fondos Leader.

Esta partida permitirá lanzar la primera convocatoria del Plan Estratégico de la Política Agraria Común (PEPAC) para ayuntamientos, dotada con 10 millones y con ejecución plurianual hasta 2028. Podrán concurrir los 71 municipios integrados en alguno de los once grupos de acción local.

El mismo criterio guiará el lanzamiento de la primera convocatoria de ayudas para dinamizar el tejido social, concebida para respaldar el trabajo de las asociaciones en el medio rural.

El tique del autónomo rural y el tique del asalariado, que han sido tomados como ejemplo en otras comunidades, forman parte del catálogo de iniciativas puestas en marcha por la consejería para favorecer el tejido económico. En 2026 contarán con un presupuesto de tres millones. Además, otros nueve se asignarán a favorecer inversiones empresariales.

Daños de la fauna salvaje

Marcos ha resumido otras partidas del presupuesto de 2026. Entre otras, ha hecho mención a las siguientes:

  • Prevención de incendios y gestión forestal. Este objetivo contará con 15,58 millones, un 48% más que este año. Con cargo a esta cantidad se crearán siete cuadrillas para ejecutar trabajos en montes públicos, lo que contribuirá a consolidar el empleo y mantener la inversión a lo largo de todo el año. También se mejorarán infraestructuras, cortafuegos, desbroces y trabajos de mantenimiento de pastos.
  • Compensación por daños de fauna silvestre. A lo largo de la legislatura, la consejería ha mejorado y actualizado el baremo para el cálculo de daños. En 2026, el presupuesto incluye un crédito ampliable de tres millones. Además, dispondrá otros 125.000 euros para posibles encargos complementarios que apoyen a los agentes del medio natural.
  • Banco de Tierras. La Comisión Regional del Banco de Tierras ampliará sus fondos un 35%, hasta 126.000 euros, para dar continuidad a las subvenciones para la sucesión de explotaciones agrícolas.
  • Pesca marítima. El presupuesto se estructura en tres grandes ejes: rentabilidad pesquera, que incluye inspección y asesoramiento científico; comercialización de los productos e inversiones de modernización y mecanización, incluidas las ayudas al sector. El presupuesto consigna 8,2 millones para mejoras en lonjas y puertos.

INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO DE MEDIO RURAL Y POLÍTICA AGRARIA, MARCELINO MARCOS

Presentación del proyecto de presupuestos para 2026

Comparezco ante esta Comisión para informar acerca del proyecto de presupuestos de 2026 de la Consejería de Medio Rural y Política Agraria.

El presupuesto para el año 2026 asciende a 272.609.927 euros, frente a los 263.428.343 euros del ejercicio 2025, lo que supone un incremento de 9.181.584 euros, en torno a un 3,5 % más.

Son unas cuentas que consolidan la apuesta de este Gobierno por el medio rural asturiano y por el conjunto del sector primario. Un presupuesto que combina el apoyo directo a la renta y a la modernización de nuestras explotaciones con inversiones en prevención de incendios e infraestructuras rurales, en la transformación agroalimentaria, en la gestión forestal sostenible y en la pesca marítima, apoyándose de manera muy intensa en la financiación europea (PAC, FEADER y FEMPA) y en las transferencias a ayuntamientos, organizaciones y empresas del territorio.

En definitiva, hablamos de unas cuentas diseñadas para sostener la actividad económica del sector primario, favorecer el relevo generacional y reforzar el papel del medio rural como espacio de oportunidades, contribuyendo a la cohesión territorial y social de Asturias.

El presupuesto destina a inversión un 53,22%; es decir, 145.093.365 euros; un 4,14 % más que en el ejercicio 2025.

Comienzo por la Dirección General de Ganadería y Sanidad Agraria, que a través del programa 712F, de ordenación, reestructuración y mejora de las producciones ganaderas, gestiona un presupuesto total que asciende a 155.224.302 euros.

En Asturias hemos construido un modelo de ganadería basado en la explotación familiar, de base extensiva, apoyado en nuestras razas autóctonas y muy presente en las zonas de montaña y con limitaciones naturales. Un modelo profundamente vinculado al paisaje, a los saberes tradicionales y al orgullo rural. Por eso, el apoyo a las explotaciones a través de la Política Agraria Común y el refuerzo de la sanidad agraria son los dos grandes ejes sobre los que pivota este programa.

Desde este programa ejercemos las funciones de autoridad de gestión, coordinación, seguimiento y evaluación de los programas financiados con los fondos europeos Feaga y Feader en el marco del Plan Estratégico Nacional de la PAC 2023-2027. El año 2026 será el primer ejercicio en el que trabajaremos ya en exclusiva sobre este nuevo periodo de programación y en el desarrollo de las intervenciones y operaciones necesarias para cumplir sus objetivos, al tiempo que preparamos la PAC posterior a 2027. Para ello, consolidamos la nueva estructura organizativa del servicio, apoyándonos en la asistencia técnica que se integra en él.

Me gustaría destacar, una vez más, la importancia de los fondos comunitarios y el que la dotación sea suficiente para llevar adelante las políticas que contribuyen al desarrollo del medio rural europeo. De ahí el rotundo rechazo del Gobierno de Asturias a la propuesta realizada por la Comisión Europea.  El ajuste supondría una disminución de 86.000 millones de euros; equivalentes al 22 % de la cuantía actual. Este descenso es inaceptable. En la misma línea ocurre con la propuesta de recorte de los fondos para pesca que llega al 67%.

Las líneas de apoyo de la PAC incluidas en la solicitud única suponen más de 101,8 millones, que son el instrumento fundamental para impulsar nuestras explotaciones familiares sostenibles. De esa cantidad, destinamos 69,6 millones a las ayudas directas de la PAC, tres millones más que en el ejercicio anterior, lo que supone un incremento cercano al 4,5 %. Es una cifra que confirma que la PAC 2023-2027 es positiva para Asturias: contribuye a la viabilidad económica de las explotaciones, ayuda a nuestros agricultores y ganaderos a producir alimentos sanos, seguros y de calidad, reduce el riesgo de abandono de la actividad y permite mantener un nivel de vida razonable para los profesionales, al tiempo que se protege el medio ambiente y el paisaje rural.

Mantenemos, además, un importe de 32,2 millones para apoyar la actividad agraria sostenible, con especial atención a la producción en las zonas con limitaciones naturales, que alcanzan 21 millones. Por sexto año consecutivo, estas ayudas llegan a la cuantía máxima de 5.500 euros por explotación, el doble de lo previsto hasta 2020. A ello se suman los apoyos a la producción ecológica, a las explotaciones de razas autóctonas, a las variedades vegetales representativas de Asturias —como la manzana o la faba y verdina amparada por IGP—, a la protección de la biodiversidad y al refuerzo del pastoreo sostenible. Es una demostración clara de nuestro compromiso con las explotaciones profesionales representativas de Asturias.

Una parte significativa del presupuesto se orienta también a modernizar las explotaciones agrarias, ayudándolas a adaptarse a nuevas exigencias medioambientales y de bienestar animal, y a reforzar las medidas de prevención y bioseguridad. Seguimos apostando por la creación de nuevas empresas agrarias a través de convocatorias como las ayudas Incorpórate al agro, enmarcadas en el nuevo Pepac 2023-2027, que han tenido una gran acogida y que dan una relevancia especial a las mujeres, a la producción láctea, al ecológico y a la ganadería extensiva. El año 2026 será también el de la implementación del Instrumento Financiero de Gestión Centralizada, que incorporamos como modalidad de ayuda para facilitar el acceso a financiación a las explotaciones.

Recuperamos una partida para apoyar los certámenes ganaderos con 200.000 euros.

En coherencia con esta estrategia, se enmarca el Plan de Ganadería Extensiva anunciado por el presidente en el Debate de Orientación Política. Orientamos las ayudas, especialmente las cofinanciadas, a potenciar la ganadería extensiva, familiar y de montaña, basada en razas autóctonas, porque la consideramos un sector estratégico y prioritario: garantiza la producción de nuestros Alimentos del Paraíso, contribuye a la adaptación y mitigación del cambio climático —previniendo incendios y la matorralización—, favorece la conservación de la biodiversidad y vertebra nuestro territorio y nuestra sociedad.

En un contexto de tanta incertidumbre, la ganadería —bovino, ovino, caprino, porcino, equino, avícola y también la apicultura— necesita más que nunca un apoyo firme y decidido, con políticas estables, eficaces y dialogadas. Atender sus demandas y dar estabilidad al sector es una prioridad de este presupuesto.

En este esquema, la sanidad agraria juega un papel clave en la competitividad y la rentabilidad de los sectores productivos. Un nivel sanitario adecuado incrementa la productividad, reduce los costes de producción y abre mercados, al mismo tiempo que protege la salud pública. Por eso destinamos más de 12,8 millone a las actuaciones sanitarias, con el objetivo, entre otros, de mantener el estatus de zona libre de tuberculosis bovina, ampliando las actuaciones al 100 % de la cabaña bovina asturiana, y de estar preparados para responder a la irrupción recurrente de enfermedades animales y plagas vegetales. Queremos disponer de herramientas y dotación presupuestaria para garantizar respuestas rápidas y eficaces en materia de sanidad agraria, incluyendo medidas de control, prevención y compensación económica que protejan la viabilidad futura de las explotaciones afectadas.

Finalmente, la aplicación de las nuevas tecnologías será también una prioridad en 2026. El presupuesto recoge la financiación para el suministro de marcas de identificación electrónica de ganado bovino, ovino y caprino; la continuidad de la identificación electrónica gratuita de los équidos menores de 12 meses; la mejora de las herramientas informáticas a disposición del sector —como el sistema de gestión de ayudas o la agroficina virtual— y la renovación de los equipos de muestreo y análisis de los laboratorios de sanidad animal y vegetal.

En definitiva, a través de este programa reforzamos el papel de la ganadería en el conjunto de la economía asturiana como motor de empleo y riqueza en el medio rural, garantizando la producción de alimentos de calidad, contribuyendo a la conservación del paisaje y del medio ambiente, e incrementando la competitividad y rentabilidad de nuestras explotaciones a lo largo de toda la cadena.

Paso ahora a la Dirección General de Agricultura, Agroindustria y Desarrollo Rural, que maneja los instrumentos fundamentales para que la transformación agroalimentaria y el desarrollo rural sean verdaderos motores económicos del territorio asturiano. A través de los programas de ordenación, reestructuración y mejora de las producciones agrícolas y de desarrollo rural y apoyo a la innovación, en el programa 712 C, hablamos de un presupuesto claramente inversor, que asciende a 46.024.267 euros.

En el ámbito del apoyo al tejido agroalimentario y forestal, el presupuesto de 2026 da un salto muy importante. Se incrementa la dotación para ayudas a empresas agroalimentarias y forestales hasta los 11 millones, frente a los nueve de ejercicios anteriores, lo que supone un incremento de algo más del 22 %, para apoyar inversiones productivas, ambientales y de modernización. Son ayudas que buscan que el valor añadido de la producción primaria se quede en Asturias, apoyando inversiones productivas y ambientales que modernicen las industrias, mejoren su eficiencia energética, reduzcan residuos, refuercen el bienestar animal y la bioseguridad, y consoliden un sector tecnológicamente avanzado, innovador y competitivo.

Se refuerza también el respaldo a las entidades asociativas agrarias para facilitar la compra y uso en común de maquinaria y otros factores de producción, con ayudas que alcanzan los 485.000 euros anuales, 100.000 euros más que en convocatorias anteriores, lo que supone un crecimiento del 26 %. Esta línea es clave para que muchas explotaciones puedan acceder a equipamientos que no podrían asumir individualmente, contribuyendo a la modernización de las explotaciones, a la vertebración del territorio y a la mitigación del cambio climático. En paralelo, se incrementa en 150.000 euros la subvención a las primas de los seguros agrarios, porque en un contexto de mayor incertidumbre climática resulta imprescindible promover herramientas de gestión de riesgos que den estabilidad a las rentas agrarias.

En 2026 este programa incorpora, además, una competencia nueva de enorme relevancia: la gestión sostenible de los suelos agrarios y el control de la contaminación difusa por nitratos de origen agrario. Esto exige reforzar los estudios, trabajos técnicos y proyectos de investigación para disponer de diagnósticos rigurosos y de herramientas de gestión que permitan cumplir con las obligaciones ambientales sin poner en riesgo la viabilidad de las explotaciones. Se trata, en definitiva, de ayudar al sector a adaptarse a las exigencias comunitarias en materia de agua, suelo y medio ambiente, aportando acompañamiento técnico y recursos.

En el capítulo de apoyo a la promoción y a las figuras de calidad, el presupuesto de 2026 consolida y amplía un conjunto de instrumentos estratégicos. Se refuerzan las partidas nominativas a entidades clave como la Cámara de Comercio de Gijón, para la organización de la feria Agropec, la principal feria del sector en Asturias, y al Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado de Asturias, para que pueda seguir desempeñando en condiciones adecuadas las funciones de control y certificación. Se incorpora una nueva partida para un convenio con la Asociación de Sidra Asturiana vinculada al uso de la botella de sidra, y se incrementa la aportación a la Asociación de Investigación de Industrias Cárnicas. Todo ello refuerza la estructura de apoyo técnico, promocional y de certificación de nuestro sistema agroalimentario.

Una de las grandes novedades del presupuesto es el despliegue del Plan Saborea el Paraíso, que contará en 2026 con un millón, destinada a la información y promoción de los productos agrícolas y alimentarios con calidad diferenciada. Se trata de ayudas a la cooperación entre entidades de gestión de figuras de calidad para desarrollar campañas que informen mejor a las personas consumidoras sobre las especificaciones de los productos, refuercen la posición de los agricultores y ganaderos en la cadena de valor, mejoren la respuesta a las demandas sociales en materia de alimentación saludable y sostenible y favorezcan la penetración en nuevos mercados.

En paralelo, desde esta misma dirección general se articulan las políticas de desarrollo rural Leader y de innovación, con 25.730.000 euros que en 2026 viven un punto de inflexión.  El presupuesto permitirá lanzar una convocatoria plurianual de ayudas Leadera entidades locales, dotada con 10 millones para 2026, 2027 y 2028, a la que podrán concurrir los 71 ayuntamientos integrados en grupos de desarrollo rural, así como parroquias rurales y mancomunidades. Se prevé además una convocatoria específica para asociaciones del medio rural, dotada con 1,5 millones.

A ello se suman las nuevas convocatorias Leader para empresas: la segunda edición del ticket rural y del ticket asalariado, dotada con casi tres millones, y la convocatoria de inversiones empresariales LEADER 2026, con más de nueve millones. En conjunto, estas líneas configuran un paquete muy potente para apoyar el emprendimiento, la creación de empleo y la diversificación económica en el medio rural asturiano, con un enfoque innovador y de proximidad.

En definitiva, el presupuesto de la Dirección General de Agricultura, Agroindustria y Desarrollo Rural para 2026 persigue un objetivo claro: fortalecer el sector agroalimentario y forestal como motor económico del medio rural, ayudando a las empresas a modernizarse e innovar, apoyando a las explotaciones a través de la cooperación y los seguros agrarios, promocionando nuestros productos de calidad bajo una marca reconocible y poniendo en marcha un nuevo periodo de ayudas LEADER ambicioso, capaz de transformar el territorio y de generar oportunidades de vida y de empleo en nuestros pueblos.

En la Dirección General de Gestión Forestal (Programa 531B), el presupuesto para 2026 hace un esfuerzo sin precedentes para reforzar la defensa contra los incendios forestales y la protección de nuestro medio rural. Supera en las cuentas regionales los 36 millones (36.104.260 euros).

En un contexto de cambio climático, de campañas cada vez más largas y de episodios de incendios más intensos, hemos optado por una estrategia clara: priorizar la prevención. Por eso, una parte muy significativa de las inversiones se dirige a desbroces, cortafuegos, caminos rurales, puntos de agua e infraestructuras hidráulicas, que constituyen la primera línea de defensa para asegurar tanto la seguridad de los montes como la de las personas que viven en el medio rural.

La novedad más importante del presupuesto de 2026 es la creación de cuadrillas forestales específicas para trabajos de defensa contra incendios en los montes de utilidad pública. Esta medida tiene un valor estratégico muy relevante: permite estabilizar en el tiempo las labores de protección de los montes públicos, asegurar la ejecución continuada de los planes de prevención definidos en las ordenaciones forestales y adaptar los trabajos a los ciclos biológicos de la vegetación. En definitiva, dota al servicio de montes de más capacidad técnica y operativa para supervisar y proteger eficazmente nuestros bosques. Para ello se incorpora una partida de 525.000 euros, destinada a la contratación plurianual de siete cuadrillas que ejecutarán los trabajos previstos en los montes públicos, consolidando así empleo en el sector forestal y manteniendo la inversión a lo largo de todo el año.

La principal partida de inversión en gestión forestal es la destinada específicamente a la defensa contra incendios. En 2026 se incrementa en torno a un 48 por ciento, hasta alcanzar los 15.586.000 euros. Con estos recursos se financiarán actuaciones directas en cortafuegos, desbroces de conservación y mantenimiento de pastos, desbroces de mantenimiento de repoblaciones, clareos, claras, podas y desbroces en masas arboladas, así como la construcción, mantenimiento y rehabilitación de caminos rurales y la ejecución de puntos de agua e infraestructuras hidráulicas. Todas estas intervenciones están pensadas para disminuir el riesgo, mejorar la accesibilidad de los servicios de extinción y aumentar la resiliencia de nuestros montes frente al fuego.

No nos olvidamos tampoco de quienes han sufrido en primera persona las consecuencias de los grandes incendios. Desde la Consejería mantenemos una especial sensibilidad con las personas afectadas y, por ello, reforzamos la partida destinada a paliar los daños económicos provocados por estos episodios. Esta dotación se incrementa en 590.000 euros.

Junto a la prevención y la reparación de daños, este presupuesto sigue apoyando la gestión activa del monte por parte de los propietarios privados. Se mantiene la línea de ayudas al desarrollo del bosque, dotada con un crédito plurianual de 5.000.000 de euros, destinada a inversiones en prevención de incendios, repoblaciones, mejora de pastizales y tratamientos selvícolas.

Es igualmente esencial dotar a las entidades locales de recursos que les permitan acometer las inversiones que necesitan en su territorio. En esta línea, el presupuesto de 2026 incrementa la partida destinada a las parroquias rurales hasta los 840.219 euros; un 86,72 % más; manteniendo los 4,5 millones de euros para los ayuntamientos.

En conjunto, el presupuesto de gestión forestal para 2026 refuerza la idea de que nuestro monte no es solo un espacio que hay que proteger del fuego, sino también un activo económico, social y ambiental fundamental para el futuro del medio rural asturiano. Con estas inversiones avanzamos hacia un territorio más seguro, mejor gestionado y con mayores oportunidades de desarrollo, en el que la prevención de incendios, la gestión sostenible y el apoyo a las comunidades rurales van de la mano.

En cuanto a la Dirección General de Planificación Agraria (Programa 443 B), que articula buena parte de las políticas de convivencia entre la actividad económica del medio rural y la conservación de la fauna y la flora silvestres, y que además coordina instrumentos tan importantes como el Banco de Tierras del Principado de Asturias y la red de Oficinas Comarcales para el Medio Rural. En este caso, el presupuesto de la dirección general alcanza los 18.717.537 euros.

Este programa integra todas las actuaciones dirigidas a la gestión y conservación de las especies silvestres, buscando siempre una convivencia armónica con el desarrollo social y económico del territorio. Nuestra línea estratégica es clara: compatibilizar la conservación de los recursos naturales con el desarrollo socioeconómico, sobre la base de una normativa de protección rigurosa desde el punto de vista científico y ambiental, pero plenamente integrada en la realidad de los pueblos, del sector primario y del turismo rural.

Para ello se mantiene e impulsa un amplio conjunto de actuaciones: los planes de protección y recuperación de especies protegidas, el desarrollo de nuevos estudios que permitan incrementar el conocimiento sobre las especies y sus hábitats, y la puesta en marcha de un plan de monitorización de poblaciones de fauna y flora silvestre que nos proporcione indicadores fiables de su estado de conservación. Se refuerza también la estrategia de lucha contra el veneno y la red centinela, las campañas de erradicación de especies invasoras y el programa de vigilancia sanitaria de la fauna silvestre, así como el cuidado de los animales en recuperación, a través del Centro de Sobrescobio, con un mayor compromiso derivado del encargo vigente.

En materia de pesca fluvial, todas las actuaciones previstas tienen como objetivo la sostenibilidad del recurso, haciendo compatible la protección de las poblaciones piscícolas con la tradición ribereña y con la actividad económica vinculada a los ríos. Se seguirá trabajando, dentro del marco normativo vigente y con criterios técnicos consolidados, en estudios y actuaciones de restauración de cauces, en colaboración con el organismo de cuenca, de forma que la mejora del hábitat fluvial vaya de la mano del mantenimiento de la actividad pesquera recreativa y deportiva.

Para restauración de ecosistemas fluviales destinamos 773.896 euros (un 99,84 % más).

En cuanto a la actividad cinegética, el presupuesto permite avanzar en mecanismos de adaptación a los cambios que se están produciendo tanto en las especies como en los hábitos sociales, garantizando la sostenibilidad medioambiental y económica de los cotos de caza y consolidando el papel de las Reservas y Refugios de Caza. En este sentido se destinan 1.100.000 euros a transferencias a los ayuntamientos que gestionan alguna reserva de caza, con el objetivo de seguir actualizando sus categorías y reforzar su gestión. Al mismo tiempo, se mantienen las partidas para consolidar la convocatoria de subvenciones a las sociedades de pescadores y cazadores, que ya habían sido incrementadas en el presupuesto anterior, porque consideramos que son aliados imprescindibles en la gestión responsable del recurso.

El desarrollo de las actuaciones previstas en el Segundo Plan de Gestión del Lobo es otra de las prioridades de esta dirección general. Con la salida del lobo del listado de especies silvestres en régimen de protección especial, podemos aplicar el plan en toda su extensión. Las actualizaciones del baremo de daños llevadas a cabo en los últimos meses, para prevenir y compensar los perjuicios ocasionados por la fauna silvestre, vuelven a reflejarse en el presupuesto, manteniendo una partida de tres millones, ampliable para posibles necesidades futuras. A ello se suma la continuidad del encargo para la gestión y peritación de los daños, así como créditos específicos, por importe de 125.000 euros, para posibles encargos complementarios que apoyen con personal técnico externo las actuaciones de control llevadas a cabo por nuestra guardería. Se trata, en definitiva, de reforzar la convivencia entre la fauna salvaje y la ganadería extensiva, con un sistema de prevención, control y compensación que dé seguridad al sector.

Junto a estas políticas, esta dirección general impulsa un instrumento clave para el futuro del sector: el Banco de Tierras del Principado de Asturias. El banco está jugando un papel fundamental, no solo como gestor de su propio patrimonio, sino también como creador de nuevos instrumentos para mejorar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas, incentivar el uso de fincas rústicas para proyectos generadores de empleo y asegurar el relevo generacional en las explotaciones existentes. En esta línea, se amplían los fondos para continuar con la línea de subvenciones destinada a potenciar la sucesión de explotaciones agrícolas, llegando a los 162.000 euros (un 35% más), consolidando una herramienta que está demostrando ser muy útil para que la tierra no quede abandonada y para que las explotaciones viables pasen a manos de nuevos titulares en condiciones adecuadas.

El Banco de Tierras trabaja también mediante protocolos de colaboración con centros tecnológicos y empresas de referencia, como el Centro Tecnológico Forestal y de la Madera y la Central Lechera Asturiana, que permiten ensayar usos productivos, mejorar el aprovechamiento de las fincas y orientar inversiones en zonas con riesgo de despoblación. Un ejemplo muy claro de este enfoque es la finca vinculada al camping Amaido, en San Tirso de Abres, donde las inversiones realizadas han permitido impulsar un proyecto de agroturismo premiado a nivel nacional y que demuestra que en el medio rural se pueden generar actividad económica y empleo de calidad.

Por último, este programa refuerza nuestra apuesta por la red de Oficinas para el Medio Rural, distribuidas por todo el territorio. Estas oficinas son, para muchos vecinos y vecinas, el principal punto de acceso a la Administración, y queremos que, a lo largo de la legislatura, se conviertan en la verdadera ventanilla única del medio rural. El presupuesto mantiene los créditos necesarios para sus gastos de mantenimiento y funcionamiento, pero da un paso más al incrementar las cuantías destinadas a inversiones en diferentes sedes, con el fin de mejorar equipamientos, renovar mobiliario y adaptarlas a las nuevas necesidades. Para ello destinamos 1.144.000 euros.

Paralelamente, se contemplan créditos para continuar con la renovación de la flota de vehículos, imprescindible para que el personal técnico pueda seguir prestando servicio de proximidad en todo el territorio.

En conjunto, el presupuesto de la Dirección General de Planificación Agraria consolida un enfoque que combina conservación, apoyo al sector y cohesión territorial: protege la biodiversidad y las especies emblemáticas, ofrece seguridad y certidumbre frente a los daños de la fauna, impulsa el uso productivo de la tierra y acerca la Administración a cada concejo, reforzando así la confianza de la ciudadanía rural en sus instituciones.

Finalizo con la Dirección General de Pesca Marítima (Programa 712 D), cuyo presupuesto para 2026 asciende a algo más de 13 millones. Se trata de un presupuesto ajustado, pero que mantiene intacto el compromiso del Gobierno de Asturias con un sector pesquero sostenible, moderno y competitivo, capaz de asegurar la renta de una flota mayoritariamente artesanal, el relevo generacional y el papel de la pesca como motor económico, social y cultural de nuestra costa.

Este presupuesto destina 8,2 millones a inversión, y se estructura en torno a tres grandes ejes: El primero se centra en garantizar la rentabilidad desde la sostenibilidad de los recursos pesqueros. La cogestión a través de los planes de explotación se consolida como herramienta esencial para ordenar los recursos y asegurar su aprovechamiento responsable, en coherencia con la Estrategia Pesquera 2020-2030. Desde 2018 hemos fortalecido esta red de planes y, en 2026, destinamos una partida específica para seguir impulsándolos, apoyándonos también en la labor de investigación aplicada y asesoramiento científico del Centro de Experimentación Pesquera, que permite regular las pesquerías con base científica y avanzar en modelos sostenibles, como el que ha hecho posible reabrir la pesquería del oricio tras un periodo de veda.

Un segundo pilar de este eje es la inspección y el control de la actividad pesquera. Contamos con un equipo de 17 agentes distribuidos por todo el litoral, apoyados por vehículos, drones y un nuevo patrullero, lo que nos permite combatir el furtivismo y el comercio ilegal. El presupuesto incluye las partidas necesarias para combustible, formación y refuerzo operativo, garantizando así una vigilancia eficaz y adaptada a los retos actuales.

El segundo eje del presupuesto se orienta a la comercialización y valorización de nuestros productos pesqueros. En un contexto marcado por la caída del consumo y el aumento de las importaciones, reforzamos la promoción de la pesca asturiana mediante acciones directas y el respaldo a la Organización de Productores de Pesca Artesanal (Opasturias), herramienta básica para mejorar la concentración de la oferta, la trazabilidad y el valor añadido en primera venta. Este apoyo se traduce, entre otras cosas, en la consolidación de la presencia en ferias de referencia como Conxemar y en la apertura de nuevos mercados. A ello se suman ayudas específicas para potenciar el valor comercial de la pesca, especialmente las orientadas a la transformación de los productos, diversificando la oferta y aumentando la competitividad de las empresas vinculadas al mar.

El tercer eje se centra en las inversiones en modernización y mecanización, tanto en tierra como en la flota, y en el refuerzo de la pesca como vector de desarrollo local en las villas marineras. El capítulo de inversiones recoge actuaciones muy concretas, como los proyectos de ampliación de la lonja de Llanes y remodelación de la lonja de Candás, la consolidación de la lonja de Luarca/Llüarca, la instalación de nuevas fábricas de hielo o la adquisición de un carro de varada para San Juan de la Arena, entre otras. Son inversiones que proyectan una imagen de actividad pesquera moderna y competitiva, capaz de generar vocaciones en las nuevas generaciones y de sostener el tejido económico de nuestras comunidades costeras.

En paralelo, se mantienen y refuerzan las líneas de ayuda para la modernización de la flota artesanal, mediante una nueva convocatoria plurianual a partir de 2026, así como las ayudas a la acuicultura, la transformación y los grupos de acción costera, que desempeñan un papel esencial en el desarrollo local participativo y en la diversificación económica del litoral. Se incorporan, además, nuevas líneas de apoyo vinculadas al Plan Nacional de Acción de Flota, orientadas al ajuste estructural cuando sea necesario, y a la compensación económica por paradas temporales ante posibles contingencias en las campañas pesqueras. Todo ello con un objetivo claro: acompañar al sector en su adaptación a un entorno regulatorio y económico cada vez más exigente, sin dejar a nadie atrás.

En suma, el presupuesto de Pesca Marítima para 2026 reafirma nuestro compromiso con un sector pesquero sostenible, competitivo y con futuro. Apostamos por la gestión responsable de los recursos, la valorización comercial de nuestros productos y la modernización de infraestructuras y flota, con un objetivo común: garantizar la rentabilidad de la actividad, impulsar el relevo generacional y consolidar la pesca como motor económico, social y cultural de Asturias y de sus puertos pesqueros.