El Principado celebra los 40 años de ‘Asturias Paraíso Natural’ con un homenaje al sector turístico y a quienes impulsaron la marca

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El Gobierno del Principado ha celebrado esta tarde en el Teatro de La Laboral de Gijón/Xixón el acto conmemorativo del 40º aniversario de Asturias Paraíso Natural, la marca turística creada en 1985 que se ha convertido en uno de los grandes símbolos de identidad de la comunidad y en un distintivo estratégico para su proyección exterior.

En una gala con más de 600 asistentes, el presidente Adrián Barbón ha recordado que la marca nació en un momento de enorme complejidad social y económica, pero también de valentía política: “Hace 40 años, el presidente Pedro de Silva y su equipo arriesgaron y ganaron”, ha valorado. “Apostaron por un modelo turístico radicalmente distinto al que estaba de moda entonces, alejado de la masificación y profundamente vinculado al territorio. Supieron encontrar dentro, en Asturias, lo que escaseaba fuera”, ha añadido.

Barbón ha señalado que aquella decisión estratégica se produjo en un contexto especialmente difícil, “en plena reconversión industrial, cuando Asturias parecía atrapada en un túnel sin fin”, y ha agradecido el papel de Arcadi Moradell, diseñador de la imagen de la marca y nombrado este año hijo adoptivo de Asturias.

También ha reconocido la osadía de quienes gobernaban en 1985. “Combinaron inteligencia, luces largas y audacia para sentar las bases del modelo turístico que conocemos hoy”, ha afirmado sobre el presidente Pedro de Silva, el exconsejero Pedro Piñera y el ex director general Tomás Flores.

El jefe del Ejecutivo ha recordado que Asturias alcanzó el año pasado los 2,8 millones de visitantes, una cifra que demuestra la consolidación del turismo como uno de los pilares de la economía asturiana. “Genera empleo, cohesiona el territorio y nos ayuda a financiar el estado del bienestar. Hace tiempo que dejó de ser una actividad complementaria para convertirse en un sólido pilar de desarrollo y competitividad”, ha señalado.

Barbón ha reivindicado en su intervención el éxito de una estrategia compartida: “No ha sido un logro exclusivo del Gobierno del Principado, sino el fruto de una labor común, definida y consensuada con el sector, que ha dado frutos inimaginables hace apenas unos años”.

El acto ha servido para reconocer la trayectoria de personas y entidades que han contribuido de forma decisiva al desarrollo del turismo en las últimas cuatro décadas. En este sentido, la vicepresidenta, Gimena Llamedo, ha anunciado durante el evento unos premios anuales para reconocer el esfuerzo colectivo del sector.

Además del presidente Pedro de Silva y su equipo, también han resultado distinguidas las siguientes personas y entidades.

  • Ámbito empresarial: Crivencar–Tierra Astur, por su aportación decisiva a la modernización del sector gastronómico, su alianza estable con casi dos millares de productores rurales y su capacidad para proyectar la identidad culinaria de Asturias.
  • Ámbito asociativo: OTEA, por su papel fundamental en la cohesión del sector hostelero y turístico, la profesionalización, la formación y la innovación.
  • Recursos turísticos. Descenso del Sella, representado por la Escuela Asturiana de Piragüismo, por inaugurar en Asturias el descenso recreativo en canoa y por su contribución decisiva al turismo activo. El jurado también ha reconocido la proyección internacional del evento, declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional.
  • Imagen y comunicación. Juanjo Arrojo, por una obra fotográfica que ha acompañado la evolución de la marca turística desde los años ochenta del siglo pasado y ha definido gran parte del imaginario visual de Asturias.

La gala, que ha contado con las actuaciones de Tejedor, las pandereteras Herbamora y Marisa Valle Roso, ha demostrado la vigencia de la marca, uno de los símbolos más reconocibles del Principado.

El evento ha finalizado con el agradecimiento del Gobierno de Asturias a las personas y organizaciones que han contribuido a consolidar un modelo turístico “sostenible, equilibrado y con identidad propia”. “Gracias por habernos dado 40 años de paraíso”, ha expresado Barbón.

 

A continuación reproducimos el discurso íntegro del presidente Adrián Barbón:

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN

Gala de celebración del 40º aniversario de la marca turística Asturias, Paraíso Natural

Felicidades a todas las personas y entidades premiadas. Enhorabuena y muchas gracias por todo lo que hacéis por Asturias.

Estamos en un buen momento para volver la vista atrás y recordar la historia de un acierto. Hace 40 años, el presidente Pedro de Silva y su equipo arriesgaron y ganaron. Apostaron por un modelo turístico radicalmente distinto al que estaba de moda entonces, un modelo alejado de la masificación y del binomio sol y playa que triunfaba en 1985, un modelo respetuoso con el entorno y vinculado al territorio. Supieron encontrar dentro, en Asturias, lo que escaseaba fuera.

Para completar el desafío, buscaron un símbolo que identificase todos esos valores y ayudara a atraer visitantes a esta comunidad, entonces con regulares comunicaciones, industrial y rural a un tiempo. Lo hicieron de la mano del diseñador catalán Arcadi Moradell, al que este año hemos nombrado Hijo Adoptivo de Asturias. En verdad, el presidente Pedro de Silva, el consejero Pedro Piñera y el director general Tomás Flores supieron actuar con ambición.

Lo supieron hacer en un momento difícil. La Asturias de hace 40 años estaba sumida en una compleja y larga reconversión que parecía un túnel ciego, sin fin. Había que buscar la luz por algún lado, abrir caminos, ensayar nuevos proyectos y asumir el riesgo del fracaso. Por si alguien no lo sabe, eso es gobernar.

Quienes gobernaban en 1985 demostraron visión estratégica para escribir el futuro de Asturias. Combinaron inteligencia, luces largas y audacia para sentar las bases del modelo turístico que conocemos hoy. Lo que crearon en aquellos tiempos se ha convertido en emblema de esta comunidad y eso es lo que reconocemos en este acto.

Casi cuatro décadas después, el año pasado alcanzamos los 2,8 millones de visitantes. Esta cifra es uno de los indicadores que demuestra que el turismo ya es uno de los motores económicos de Asturias: genera puestos de trabajo, cohesiona el territorio y nos ayuda a financiar el estado del bienestar. Hace mucho que dejó de ser una actividad complementaria para convertirse en un sólido pilar de desarrollo y competitividad.

No ha sido un logro exclusivo del Gobierno del Principado, sino el fruto de una labor común, definida y consensuada con el sector, que ha dado unos frutos inimaginables hace apenas unos años. Juntos hemos construido un modelo basado en el equilibrio y la sostenibilidad, caracterizado por la calidad, la protección del entorno y la autenticidad. El éxito compartido se debe a personas y organizaciones como las que distinguimos aquí.

  • A empresas como Crivencar–Tierra Astur, que desde 1982 vende productos agroalimentarios de calidad, elaborados con métodos artesanales en los pueblos de Asturias. Su bandera son los alimentos auténticos y ligados a la tierra, sí, pero sus herramientas para comercializarlos son las más modernas. Crivencar ha encontrado la fórmula perfecta entre tradición e innovación para llevar a la mesa lo mejor de Asturias.
  • A organizaciones como OTEA, que siempre ha puesto voz a los intereses del tejido turístico y con la que hemos mantenido un diálogo permanente, que es la mejor forma de encarar y superar dificultades. Mención especial merece su defensa de la profesionalización y la cohesión del sector, claves para avanzar en un entorno cada vez más competitivo y global.
  • Al Descenso del Sella y la Escuela Asturiana de Piragüismo. Símbolos de un deporte que ha multiplicado la proyección de Asturias en todo el mundo, que ha dado a conocer su paisaje, sus ríos y sus contornos a escala internacional. Gracias a su empeño, el piragüismo se ha convertido en recurso turístico de primera magnitud en el oriente de la comunidad.
  • Al fotógrafo Juanjo Arrojo, que con sus imágenes ha acompañado la evolución de la marca Asturias Paraíso Natural y ha ayudado a definir el imaginario visual del Principado. Para comprobarlo, solo tienen que abrir la página web de Turismo Asturias y echar un vistazo. Verán que muchas fotografías llevan su firma y que todas destacan por una especial sensibilidad.

Es de justicia citar y felicitar también a los finalistas de estos galardones: Puebloastur Eco Resort, Grupo Manzano, Asociación de Turismo Rural Fuentes del Narcea, Asociación de Turismo Rural Oscos-Eo, Conjunto Etnográfico de Os Teixois y Travesera Integral Picos de Europa. Todos simbolizan un esfuerzo colectivo de cuatro décadas.

Muchas cosas se han transformado en estos 40 años. Asturias es ahora una comunidad muy diferente. Ha sobrevivido a sucesivas crisis y ha sabido remontar, dispuesta a enterrar traumas como el declive industrial, el aislamiento o la falta de autoestima. Ha resurgido.

Me habrán oído decir que estamos en plena década del cambio: la alta velocidad ferroviaria es una realidad desde hace dos años, contamos con la mayor oferta de vuelos de la historia, la investigación y la innovación forman parte consustancial de la actividad económica y no solo atraemos visitantes, sino también población. Asturias es tierra de acogida y de oportunidades, está mejor conectada que nunca y tiene un tejido empresarial diversificado y con talento.

Sin embargo, durante esta profunda metamorfosis, nuestra marca turística nunca ha perdido vigencia. El sol sigue iluminando igual que hace 40 años ese paisaje de montañas que se solapan y descienden hacia el mar a través de los tres arcos de Santa María del Naranco. Esa imagen icónica se mantiene moderna y actual; ha resistido de maravilla el paso y el peso del tiempo, sin perder atractivo.

Esa ventana al paraíso nos recordará siempre el camino que otros abrieron hace 40 años para crear un modelo turístico innovador, equilibrado, sostenible y de calidad. Ahora nos corresponde preservarlo y guiarlo hacia el futuro.

En este punto, quiero compartir dos reflexiones muy breves, encadenadas entre sí. La primera es que el auge turístico del Principado aún está empezando. No nos conformemos: no hemos llegado al final del camino, todavía podemos recorrer mucho más. Los mejores años del turismo en Asturias aún están por llegar.  Si sabemos aprovechar bien ese gran legado que se llama patrimonio industrial, las expectativas se multiplicarán.

La segunda reflexión es muy importante. Sepamos cuidar nuestro modelo. No nos permitamos morir de éxito. Es verdad que no hay un solo tipo de turismo, que caben múltiples variedades, pero no olvidemos nunca que el anclaje de fondo de nuestro acierto se resume en dos palabras: paraíso natural. Cuidar nuestro paisaje, proteger nuestros recursos contra el viento y la marea de la especulación o del oportunismo de corto recorrido es un seguro a largo plazo. A veces tocará hacerlo a contracorriente, pero es indispensable para lo que todos deseamos: consolidar Asturias como una potencia turística sostenible.

Por lo que respecta al Gobierno del Principado, os aseguro que queremos hacerlo. Con diálogo, con constancia, con convicción. Tenemos buenos espejos donde mirarnos, como las personas e instituciones que premiamos esta noche. Gracias por habernos dado 40 años de paraíso.