El primer rastreo del plan impulsado por la Consejería de Medio Rural y Política Agraria para el control del avispón soror (Vespa soror) ha concluido sin detectar ejemplares. El Principado ha desplegado en el concejo de Siero, concretamente en la parroquia de Granda, una red de seguimiento de alta densidad que abarca 840 hectáreas y está compuesta por 70 trampas especiales, adaptadas a la morfología y dimensiones de estos insectos, en la que no se ha hallado ninguno por ahora.
No obstante, Medio Rural continuará monitorizando esta zona, en la que se detectaron cuatro ejemplares en 2022 y 2023. Además, en la primavera de 2025, coincidiendo con la salida de la hibernación de las reinas de esta especie, se instalará una red adicional de mayor amplitud, que alcanzará las 8.000 hectáreas e incluirá zonas de los concejos de Siero, Noreña y Oviedo. Ambas redes se mantendrán, como mínimo, hasta finales de junio.
En el marco del plan de contingencia elaborado por el Centro de Alerta y Control de Plagas y Especies Invasoras y presentado en noviembre, el Gobierno de Asturias también ha elaborado carteles y ha dispuesto apartados específicos para información y notificación en la plataforma AvisAp, tanto en su versión web como en la aplicación para dispositivos móviles.
La revista científica Ecology and Evolution divulgó recientemente un artículo de un grupo investigador del área de Zoología de la Universidad de Oviedo que da cuenta del hallazgo de dos ejemplares de Vespa soror en 2022, y de otros dos en 2023, en una zona rural al sur de los polígonos de Granda, en Siero. Una vez publicada esa información, el Gobierno de Asturias puso en marcha de inmediato el plan de contingencia para evitar la implantación de esta especie invasora en la comunidad.
El avispón soror es un gran depredador de abejas y otros insectos y puede alterar el equilibrio biológico de las zonas en las que se implanta. La especie procede de zonas subtropicales del sudeste asiático y países como China, Tailandia o Vietnam, por lo que los expertos consideran que su adaptación al clima de Asturias podría resultar compleja.
Al igual que el resto de avispones, solo suelen atacar en defensa del nido, por lo que el peligro que presentan para las personas se reduce a estas situaciones. Sin embargo, acostumbran a construirlos bajo tierra, a poca profundidad, por lo que el riesgo es mayor.