“Sin control poblacional, el lobo se nos puede ir de las manos”

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Texto: Noelia Martínez Varela

Casa La Sidra de Bustellán (Tineo) es una de las ganaderías que ha optado por el cambio de leche a carne, con 75 animales de Asturiana de los Valles, 40 de ellos madres y 35 entre recría y cebo. En este caso la situación fue obligada, cuando José Antonio Fernández del Oso, su titular, tuvo que hacerse cargo de los cuidados de su madre, enferma de ELA, que requería tiempo para su atención así como desplazarse con asiduidad al HUCA, lo que no le permitía atender a su ganado como él quería. Ahora tras el cambio de animales, José Antonio intentará poco a poco ir mejorando la cabaña. Apuesta por la carne de primera calidad que ofrece IGP Ternera Asturiana, y la sostenibilidad de las ganaderías familiares.

-¿Cuándo se incorporó al sector?

-Me incorporo en 1990. Mis padres tenían ganadería de leche y entregábamos a Danone con buenos parámetros. Mi madre cayó enferma de ELA, una enfermedad muy dura, que te cambia los planes y la forma de pensar, te cambia la vida. Fue cuando decidí pasar de producción de leche a carne. La situación era complicada, mi padre estaba ya jubilado, mi mujer trabaja en otro ámbito y a veces se daban circunstancias que yo llegaba a la una de la tarde del HUCA y había trabajo por hacer, aquí en invierno nieva y es difícil. No quedaba otra opción que el cambio. Mi madre falleció hace año y medio, y enferma más de seis años, estando yo solo al frente de la ganadería, fue la opción más viable.

-¿Cómo fue el cambio?

-Fue progresivo, nos llevó algo más de medio año. De momento estoy contento, consciente de que estoy empezando, en el ámbito ciclista diría que estoy intentando coger rueda y mejorar en lo posible. Actualmente tengo 75 cabezas de Asturiana de los Valles. Adquirí animales en Somiedo, Grado, Belmonte, Tineo, Villaviciosa… Lo principal es que estuviesen bien de todas las pruebas sanitarias, estoy en ADS, lo que nos ofrece garantía. A partir de ahí intentaré mejorar la raza en la medida que pueda. Cuando empiezas quieres llenar la cuadra, la vaca que viene con cría, se deja para tener otra cabeza, luego ya iré seleccionando. Además, nos pilló la pandemia y la situación ha influido al ganado de carne.

-¿Cómo es el manejo?

-Aquí en invierno están estabuladas tres meses y medio o cuatro, luego salen al campo donde están prácticamente hasta el otoño, pueden entrar a hacer una desparasitación y si no, están en libertad total. Disponemos de 30/32 hectáreas, nuestros animales no van a terreno comunal, los tenemos en fincas en lotes con toro. En cuanto a la alimentación, pasto, forrajes propios y pienso los animales de cebo, en invierno se les ayuda con harina de maíz a las que tienen terneros. Cebamos y vendemos a Xata Roxa, finalizamos el ciclo. Los terneros están con sus madres hasta los 7, 8 o incluso algunos los 9 meses y tienen pienso en el prado a libre disposición. La experiencia te va diciendo cómo hay que seguir. Metimos toros con facilidad de parto, y en el momento que las vacas paren y los terneros maman sin dificultad ya van evolucionando. Ahora pienso en la selección de ganado que es muy importante, terneros de más dimensiones, medidas y peso. Conocer los animales que nacen en la cuadra desde el minuto uno es básico también.

-En términos económicos ¿cómo ha sido el cambio?

-Con la leche el ingreso es mensual, ahora no. Veníamos de una situación difícil, con una persona dependiente en casa, que necesita muchos recursos económicos por la enfermedad. Intento realizar la gestión de recursos de la mejor manera posible, mimando los animales para que no haya bajas y no hay más secretos. Estos animales tampoco necesitan tantos gastos como los de leche, hay que adaptarse a lo que hay.

-¿Y las nuevas generaciones?

-Tengo dos hijos, de 8 y 5 años, les encanta la ganadería, pero el futuro es muy volátil y se verá como dice Simeone “partido a partido”. Yo empecé hace 30 años con esto y había futuro, lo mío fue vocacional, y así están mis hijos, pero cuando yo empecé se generaba dinero y progresabas, la presión fiscal no era lo que es hoy. Ahora valoro el tiempo, la calidad de vida es diferente con animales de carne, puedo disfrutar de mis hijos y hacer cosas dejando el trabajo organizado. Además en leche hay que crecer y evolucionar, no diría mejor ni peor, es diferente.

-¿Qué opina del futuro del sector?

-Producimos carne de primera calidad de forma sostenible. Nuestros terneros toman leche de sus madres hasta los 8/9 meses. Hay medios de comunicación que hacen mucho daño al sector a nivel nacional por desconocimiento. Nuestro modelo de ganaderías familiares en extensivo o semi extensivo que respetan el medio natural encaja en el modelo marcado desde Europa. Veo muchas manifestaciones en contra del consumo de carne, pero no del cultivo de sojas, me produce bajón leer esas noticias hablando de la carne de laboratorio.

-¿Le afecta la fauna salvaje?

-Tengo 49 años y esto siempre fue una zona de lobos, pero de tres como mucho. Si no hay control poblacional, pueden pasar a manadas grandes y podemos sufrir un desajuste terrible. Una persona que tiene unos animales con potencial genético en una finca de su propiedad, y sufre una pérdida a causa del lobo, ¿por qué tiene que venir alguien a poner precio ese animal?, lo tendríamos que poner nosotros. Como mínimo debería tener el mismo precio el animal muerto que el depredador. Que me lo expliquen, no lo entiendo. Se nos puede ir de las manos. El año pasado en una parcela vi 15 jabalíes, no quiero pensar lo que pueden hacer 15 lobos. El oso lo hemos visto de paso circunstancialmente. Desde niño he visto los lobos, pero esta decisión de la protección puede causar mucho daño.