Por Paula Soler/David Terán de Lallemand Bio SL
En un contexto de producción de leche cada vez más exigente y en el que cada céntimo tiene una gran importancia, la producción de ensilados de alta calidad tiene una influencia fundamental sobre los costes de producción y por consiguiente en la rentabilidad de la explotación.
La hierba y el resto de cultivos forrajeros de invierno, son un recurso muy preciado para las explotaciones de la cornisa cantábrica, como aporte de proteína y fibra de calidad.Al mismo tiempo presentan ciertas dificultades a la hora de ensilar, que pueden ser solventadas poniendo en marcha buenas prácticas de manejo durante todo el proceso, desde los cultivos hasta el momento de utilización por parte de los animales.
En este artículo nos vamos a centrar en un aspecto importante y necesario a la vez, que es la fermentación. Sin una fermentación eficiente y controlada, no conseguiremos un buen forraje conservado. Y para ello, es fundamental extraer la mayor parte del oxígeno del forraje, garantizar una cantidad suficiente de azúcares y por su puesto disponer de las bacterias ácido lácticas en cantidad y calidad.
Para que todo funcione a la perfección, deben estar presentes las 3 piezas del engranaje:
- Ausencia de oxígeno en el silo
- Cantidad suficiente de azúcares en el forraje
- Cantidad suficiente de bacterias ácido lácticas (BAL)
- Ausencia de oxígeno. Las bacterias ácido lácticas (BAL) que realizan la fermentación son anaerobias, quiere decir que van a trabajar en ausencia de oxígeno. Por lo tanto, a través de la compactación debemos extraer la mayor parte de oxígeno de la masa forrajera, hasta llegar a valores de densidad cercanos a 240kg de MS/m3. Inmediatamente después del pisado, es de vital importancia cerrar y sellar el silo con plásticos de calidad, con baja permeabilidad al oxígeno para evitar que vuelva a penetrar al interior del ensilado.
- El contenido de azúcares solubles viene determinado por las características propias de cada forraje. Es imprescindible asegurar un nivel suficiente para conseguir una óptima producción de ácidos de fermentación que acidifiquen el medio y conserven los nutrientes del forraje. Algunas prácticas agrícolas nos pueden ayudar en este aspecto. Ya que la concentración de azúcares en la planta aumenta a lo largo del día por efecto de la fotosíntesis (proceso por el cual las plantas en presencia de luz forman compuestos orgánicos).De tal manera quese pueden observar diferencias de hasta el 4% cuando comparamos cortes realizados por la tarde, respecto a los cortes realizados por la mañana.
Otra forma que permite influir sobre el nivel de azúcares solubles disponible es la utilización de inoculantes que en su composición contengan enzimas. Pueden aportar una cantidad de azúcares solubles suplementaria (entre 2-4%).
Estas enzimas (celulasas y hemicelulasas) tienen la capacidad de actuar transformando una parte de la pared de la célula vegetal (celulosa/hemicelulosa) en azúcares simples como glucosaque pueden ser utilizados por las bacterias para producir ácido láctico y bajar el pH del forraje llevándolo a niveles de seguridad.
Las enzimas tienen una doble acción, por un lado mejoran la disponibilidad de azúcares solubles disponibles para las bacterias y por otro lado mejoran la digestibilidad de la fibra, ya que las celulasas y hemicelulasas realizan una “pre-digestión” de la parte de la celulosa.
- Las bacterias ácido lácticas van a ser las responsable de transformar (en ausencia de oxígeno) los azúcares solubles en ácidos de fermentación (láctico, acético y propiónico). De ahí la importancia de garantizar un adecuada cantidad, de lo contrario corremos el riesgo de que otro tipo de bacterias (Clostridios, Enterobacterias) se desarrollen en él y produzcan compuestos de bajo valor nutricional(ácido butírico, aminas biógenas, N-amoniacal,…). Incluso puedan llegar a dominar la fermentación. Este tipo de ensilados son rechazados por los animales y van a ocasionar disminución de la ingesta y otros problemas secundarios relacionados con la salud y la producción.
La utilización de inoculantes que contengan cepas de bacterias acido lácticas (BAL)seleccionadas específicamente, nos permite asegurar una población de bacterias adecuadas para llevar a cabo una fermentación eficiente y controlada. Las BAL se clasifican en 2 grupos:
- BAL Homofermentativas: Transforman los azúcares única y exclusivamente en ácido láctico (gran poder de acidificación). En este grupo se incluyen las siguientes bacterias:Lactobacillusplantarum MA18/5U, PediococcuspentosaceusNCIMB 12455 y Pediococcusacidilactici MA18/5M. Estas bacterias actúan produciendo gran cantidad de ácido láctico, bajando rápidamente el pH y de esta forma inhibir la proliferación y el crecimiento de bacterias indeseables como son las del género Clostridium.
Su utilización tiene especial interés en forrajes con un nivel elevado de proteína y materia seca baja (<30%). El alto contenido proteico, ejerce un poder tampón muy importante dificultando la acidificación, por lo que es crucial que el proceso de fermentación se inicie y acidifique rápidamente. De tal manera que cuanto más rápida sea la bajada del pH del forraje, menor será la proteólisis (degradación de la proteína), evitando que la proteína bruta de la hierba se degrade en amoníaco y nitrógeno soluble y la proteína bruta que obtenemos en los análisis sea la más cercana a la proteína verdadera.
- BAL Heterofermentativas: Transforman los azúcares en ácido láctico, acético y propiónico. Los dos últimos, con acción antifúngica, impiden la proliferación de hongos y levaduras, responsables del calentamiento del silo y de las pérdidas nutritivas y de materia seca ensilada (refiriéndose a cantidad de forraje ensilado).
En este grupo se incluyen LactobacillusbuchneriNCIMB 40788 y Lactobacillushilgardii CNCM I-4785 que producen compuestos antifúngicos, como el ácido acético y propiónico, Son de gran ayuda cuando el contenido de materia seca es elevado(mayor al 30%) para garantizar una adecuada estabilidad aeróbica, evitandoque el frente del silo se caliente y puedan llegar a crecer hongos.
Figura 1.Imagen termográfica de un silo de maíz inestable
Como hemos podido observar, con la utilización de un buen inoculante que contenga (BAL homo y heterofermentativas junto con enzimas), podemos garantizar y tener la certeza de que dos de las tres piezas del engranaje van a funcionar. La tercera pieza nos la va a aportar un pisado adecuado y efectivo, junto con la utilización de un plástico de calidad de cobertura.