El Gobierno de Asturias levantará a finales de este mes la prohibición de sembrar patata a causa de la polilla guatemalteca en los concejos de Coaña, El Franco, Gijón, Muros de Nalón y Tapia de Casariego. Estos municipios pasarán a ser considerados zonas tampón, es decir, se podrá cultivar, pero los agricultores deberán notificar sus plantaciones para realizar un seguimiento fitosanitario.
La directora general de Desarrollo Rural e Industrias Agrarias, Begoña López, ha participado hoy en Madrid en una reunión con el director general de Sanidad de Producción Agraria, Valentín Almansa De Lara, para acordar las medidas fitosanitarias a adoptar en el programa de erradicación de la Tecia solanivora (polilla guatemalteca de la patata). López ha explicado que tras analizar los datos recogidos a través de la red de trampeo en cultivos y almacenes, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha dado el visto bueno a la propuesta del Gobierno de Asturias de levantar la prohibición en estos territorios, que previamente fue consensuada con Galicia.
Las restricciones al cultivo se mantienen en los concejos de Cudillero, Pravia, Navia y Valdés, en los que se irá levantando progresivamente cuando la evolución de la plaga así lo permita. También sigue en Castropol, San Tirso de Abres, Taramundi y Vegadeo, en este caso como una medida fitosanitaria especial.
Estos municipios limítrofes entre Galicia y Asturias se establecen como un territorio sin presencia de cultivo para que puedan actuar como una barrera fitosanitaria en caso que la plaga tuviera un repunte derivado de factores impredecibles. Esta medida es preventiva y de no adoptarse podrían quedar sin efecto los esfuerzos realizados por ambas comunidades para erradicar esta plaga.
El Principado mantendrá la red de trampeo ya establecida para monitorizar la posible presencia de la polilla, tanto en las zonas donde se considera erradicada como en las que se encuentran en proceso de erradicación.
En 2016 se detectó la presencia de polilla guatemalteca en Asturias y Galicia, y se inició la lucha para erradicarla. Las medidas consistieron en la prohibición de plantar patatas en los concejos donde la red de trampeo localizó focos, que pasaron a ser declaradas como zonas infestadas, y en establecer los municipios limítrofes a estos como zona tampón. Para que una zona deje de estar considerada como infestada es necesario que no se produzcan capturas en los dos últimos años.