Llanera, municipio donde conviven en armonía industria y ganadería en pleno centro de Asturias, es toda una referencia en cuanto a eventos ganaderos se refiere. En agosto celebra su Concurso-Exposición Regional de Ganado Vacuno, así como la subasta de ganado selecto celebrada en la pasada edición que promete ir a más tras el éxito cosechado. Los ganaderos de Llanera se sienten además muy orgullosos de la recuperación de la Feria de San Isidro, donde pueden mostrar y comercializar su ganado. Es lo que opina Ramón Magadán, ya que vendió en dicha feria 22 de sus animales.
El caso de la Ganadería de Carmen Álvarez, ubicada en Posada de Llanera, es singular. Lo que comenzó como un hobby de su marido José Ramón Freije, conocido como Monchu y su amigo Ramón Magadán para sacarse la espinita ganadera que tienen en común, se ha convertido en una ganadería de 65 animales de raza Asturiana de los Valles, con 42 vacas madre, 4 toros, uno por rebaño, ya que están divididas en diferentes fincas, en total disponen de cerca de 50 hectáreas. “Seleccionamos buenas madres, para criar terneras y venderlas de novillas después de preñadas, y los terneros los vendemos como pasteros con cinco meses”, explica Ramón Magadán. Los animales están en las fincas todo el año “excepto cuando hay algún parto en época de invierno”. La alimentación se fundamenta en pasto natural y en pleno invierno se suplementan con “silo de raigrás que compramos en rollos y forraje que traemos de Castilla”, afirma Magadán.
En esta ganadería la genética es sumamente importante, “buscamos buenas madres y no tenemos problemas ni de partos ni cesáreas. Criamos las terneras que vemos tienen futuro y las que no se venden para cebaderos. Vendemos ganado seleccionado, esa es nuestra diferenciación, la calidad”.
No acuden a concursos ganaderos, solo a la Feria de San Isidro de Llanera, “para nosotros es un orgullo tener una feria como la que tenemos, así como el recinto ferial, único en Asturias y casi podría decir que en España”, recalca Magadán. “Los profesionales del sector ya saben que aquí encontrarán animales de calidad y acuden operadores de diferentes puntos de la región, de España e incluso de Francia”, afirma. Además cuentan con cebaderos de Tineo y los Oscos que son clientes fijos y les compran los terneros.
“Se debería ayudar más al ganadero, el día que falte el hombre del campo, no sé lo que vamos a comer”, concluye Magadán. Sus planes de futuro son “mantenerse así, más adelante no se sabe, nos gustaría que alguno de la familia siga con ello. Yo tampoco pensé en volver a ello y aquí estoy. Ver los animales por la mañana ya me alegra el día”, reconoce.