Desde hace unos años, la campaña del bonito se inicia con un ritual similar al “Campanu” del salmón y la primera subasta se convierte en un duelo titánico entre las cadenas de distribución alimentaria para tratar de ser los primeros en tener este preciado pescado a la venta.
La primera tina que llegó a la Rula de Avilés alcanzó un precio histórico de 300 euros por kilo y el resto de lo subastado en la primera jornada se situó entre los 17,45 y los 15,95 euros. Esas cantidades se moderaron bastante en la segunda puja de la costera situándose en una media de7, 22 euros por kilo.
¿Va a ser buena la campaña de bonito del norte 2018? El gerente de la Rula de Avilés, Ramón Álvarez Suarez, considera muy precipitado dar una respuesta al respecto. “Hasta mediados de julio es casi imposible hacer una evaluación objetiva. Lo que se está haciendo desde hace unos años es anticipar la costera, antaño el inicio se marcaba con la llegada de la Festividad de San Juan”.
Las fechas son muy importantes porque los bonitos son peces migratorios, nacidos fundamentalmente en aguas tropicales que con un año de vida logran atravesar el Atlántico y llegar a aguas septentrionales, es decir al Cantábrico. Algunos de los barcos que ya subastaron en la Rula de Avilés tuvieron que trasladarse hasta cerca de las Azores para capturar los primeros ejemplares.
En estos momentos ya empiezan a encontrarse bonitos en Estaca de Bares, divisoria geográfica entre el océano Atlántico y el mar Cantábrico. “Habrá que ver, a partir de ahora, el comportamiento que tienen, hacia donde deciden migrar y eso hasta mediados de julio no se sabrá con exactitud depende mucho de las corrientes y las carnadas. Este año hay mucho bocarte y al tener carnada las perspectivas son buenas, pero habrá que esperar”.
Además de las condiciones naturales de la mar, también hay que tener en cuenta otros aspectos como “la indefensión de la flota de bajura frente a los grandes barcos pelágicos de Irlanda y Francia”. Con una sola red pelágica, señala Ramón Álvarez, pueden limpiar todo un banco, cogiendo entre 40.000 y 50.000 kilos. “Es un tema en el que España debería ejercer más presión ante la Unión Europea para solucionarlo. Y tenemos un arma muy importante para presionar, somos el primer o el segundo país que más pescado consumimos de Europa. Solo están a nuestro nivel de consumo Italia y Portugal. Somos deficitarios, importadores porque consumimos más pescado del que capturamos”, remarca.
Pese a todas las incógnitas sobre la evolución de la costera, el bonito del norte está ya disponible en casi todas las pescaderías de la región, pero a un precio que no se ajusta a todas las economías. Sin embargo, la respuesta del consumidor está siendo buena. “Aquí lo hemos tenido toda la semana a este precio, a 17,95, y hemos vendido bastante bien, una media de 50 a 60 kilos diarios. Es un pescado que tiene mucha aceptación, porque es rico y, además se prepara muy bien y rápido”, comentó a este periódico el responsable de la sección de pescadería de una tienda masymas.