La tradición familiar favoreció que el oficio de madreñero se transmitiera de generación en generación en la familia de José Raúl Martínez. Él aprendió de su padre Raúl, y éste de su hermano Manuel, entre los que había gran diferencia de edad. En Asturias la pieza artesana más popular son las madreñas, calzado perfecto para aislar del barro y de la humedad de las ‘caleyas’. Lo que era un taller de madreñería artesanal se convirtió ya en los años 60 en la fábrica Virgen de los Remedios, con la maquinaria y herramienta necesaria para hacer un trabajo más industrial.
-¿Cuándo se hace con las riendas del negocio?
-Cuando se jubila mi padre, pero llevaba trabajando con él desde los 16 años que dejé los estudios. Ahora tenemos menos producción porque mi padre se ha jubilado y lo llevo yo solo. Pero en alguna época llegamos a ser seis personas trabajando alcanzando una producción de hasta 2.000 pares de madreñas al año. Ahora tenemos una media de producción de entre 800 y 1.000 pares anuales.
-¿Dónde venden las madreñas?
-Normalmente en pequeños negocios de pueblo, bares-tienda y zapaterías de distintas zonas de la región y también en Burgos o Cantabria.
-¿Qué diferencia estas madreñas?
-Intentamos que la madreña calce bien, es lo principal, que tenga buen calzar. Intentamos mejorar el interior todo lo que podemos y también es importante la estética, nos ocupamos de hacer una buena terminación de dibujos y de colores. La mayoría de madreñas que vendemos son para calzar y siempre fueron pintadas en negro, dibujadas por encima de la pintura en blanco.
-¿Quedan pocos madreñeros?
-Había varios madreñeros de producción artesanal en las zonas de Cangas de Narcea y Somiedo, pueden quedar una o dos personas ya muy mayores, es un oficio que va desapareciendo.
-¿Continúa habiendo demanda de madreñas?
-Sí, nosotros vendemos todo lo que hacemos, incluso si tuviésemos más, venderíamos más. Un 80% de las que vendemos son para calzar, es decir, para uso diario, y el otro 20% son para decoración y turismo, ya que Cangas del Narcea es turística y en vacaciones sobretodo viene por aquí bastante turista.
-Actualmente ¿es difícil encontrar madreñas?
–Sí, esta semana tengo pedidos de Santiago de Compostela, de Murcia, de Barcelona o de Alicante. Dentro de Asturias es difícil encontrarlas, pero fuera ya es casi imposiblea no ser por redes sociales o internet. Hay asturianos que viven fuera, tienen la nostalgia de tener unas madreñas.
-¿Tiene hijos que continúen el oficio?
-Tengo un hijo de seis años, como el taller está al lado de casa ya hace cosas conmigo. Lo intentaré enseñar, todo lo que se aprende es necesario en la vida. Lo vamos a intentar.
-¿Se puede vivir de hacer madreñas?
-Siempre vivimos de las madreñas, hoy por hoy tenemos otras fuentes de ingresos, pero si nos dedicáramos a ello solamente podríamos vivir de ello. Es cultura, pero a las administraciones les da igual. Ya puedo ser el último madreñero del mundo que cuando yo acabe a nadie le va a importar. Además del taller, desde el año 2000 tenemos el restaurante y bar ‘Los Remedios’. Mucha gente venía por aquí y demandaba tomar un café o comer, primero abrimos un bar pequeño y luego restaurante, es un pueblo apartado y quieres dar comodidad a la gente que se acerca por aquí. El turismo es importante, pero la mayor clientela que tenemos son vecinos y gente de la zona.
-¿Se ha interesado alguna persona para formarse como madreñero?
-Que se haya interesado sí, mucha gente pregunta si impartimos cursos. Nunca lo hemos hecho porque tenemos bastante trabajo. Ahí tenían que ayudar las instituciones, pero no hay preocupación por ello.
-¿Cuánto tiempo se tarda en hacer un par de madreñas?
-Un par de madreñas se hace por partes, si nos ponemos a hacer una desde el tronco hasta ya terminada más o menos se tardaría de dos a tres horas. Hacemos los primeros pasos del proceso y las dejamos secar, las vamos terminando según nos hacen falta. Es necesario hacerlo así porque la madera se trabaja en verde y hay que dejarla secar. Nosotros utilizamos madera de abedul y aliso. Hasta hace unos años nosotros comprábamos madera en los montes, se talaba y se traía, desde hace ya 15 años se compra a maderistas que se dedican a este tema. Un madreñero tradicional venía haciendo cuatro pares al día.
-¿Qué le pide al nuevo año?
-Que sigamos como estamos, trabajar, vender todo lo que hacemos y tener salud para poder hacerlo.